Es una de las periodistas más famosas y respetadas del panorama social, pero su reputación se ha visto muy tocada en los últimos días a consecuencia de la polémica que ha protagonizado con María Teresa Campos. La que fuera presentadora de ¡Sorpresa, sorpresa! ha sido tachada de altiva y sus numerosos enemigos han salido de su escondite para revelar su lado más oscuro. Por lo visto, Isabel Gemio esconde una cara muy poco amable. ¿Quieres conocer más detalles y descubrir las sombras de este icono de la comunicación en España? Sigue leyendo, te lo contamos todo a continuación.
3“No la quiero ver ni en pintura”
> Lo cierto es que no hace falta rebuscar mucho para encontrar testimonios demoledores sobre Isabel Gemio, a la que muchos han definido como una mujer soberbia, altiva, déspota, tirana e incluso manipuladora. Uno de ellos es Nilo Manrique, con quien se casó en 1997 y tuvo dos hijos, Gustavo y Diego. Por desgracia, el amor no les duró mucho y terminaron divorciándose en 2005 tras unas cuantas idas y venidas. Al parecer, el cubano no guarda un buen recuerdo de su relación con la periodista, teniendo en cuenta que la puso a caldo en una entrevista con 10 Minutos en 2012. “Se equivocó conmigo, creía que traía un ‘souvenir’ de Cuba. Trató de absorberme. No la quiero ver ni en pintura. Yo valoro mucho la libertad, antes vivía en una jaula de oro, infeliz, casi solo, soportando humillaciones y faltas de respeto”, se quejó entonces.
Por su parte, Isabel Gemio también dedicó unos cuantos dardos envenenados a su expareja, y aseguró que no estaba haciéndose cargo de los gastos derivados de la manutención de los dos hijos que tienen en común. “El señor Manrique de forma reiterada y especialmente durante los últimos cinco años ha hecho dejación de sus obligaciones”, explicó la periodista, que reclamaba a su exmarido más de 50.000 euros. Pero la cosa no acaba aquí, sino que la lista de enemigos de la periodista es muy larga y ninguno de ellos se ha quedado callado… Incluso una de sus buenas amigas le hizo la cruz por culpa de su comportamiento injustificable.
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