La vida de Isabel Pantoja era muy tranquila antes de llegar Irene Rosales, la mujer de su hijo Kiko Rivera. Aunque su nuera le haya dado unos nietos maravillosos a los cuales hemos sabido que pocas veces acude a visitar o haya ayudado a su hijo a abandonar un mundo del que difícilmente hubiera podido salir solo como el de los estupefacientes. Para ella no es suficiente, ya que solo le ha traído desgracias y penurias. Kiko ha abierto los ojos y se ha dado cuenta de cómo es su madre en realidad. Un mundo nuevo se abre para este Rivera que no está dispuesto a que nadie más lee ningunee.
2 Irene Rosales estalla y reclama lo que es suyo
> Al principio de esta historia que envuelve a Kiko Rivera, sus hermanos y a Isabel Pantoja, Irene Rosales mostraba su lado más sensible. Hasta lloró a lágrima viva en Viva la vida cuando le preguntaban sobre el asunto. «Para mi es muchísima responsabilidad. Tengo mucha presión por la situación. Es la abuela de mis hijas», decía, donde finalmente tuvo que intervenir su marido: «Me siento muy orgulloso y me rompe el alma verte llorar. La postura que tienes es la correcta. ¡Saca fuerzas, no llores!», le animaba. Cansada de la situación, cambió de registro y afirmó: “Si ser una loba es apoyar a mi marido, seré la loba de la manada”.
No quiso quedarse callada tampoco cuando vio que su abuela mandaba un mensaje de felicitación por el cumpleaños de su hija Ana un tanto extraño. Un contenido que según la propia Irene no era adecuado para una niña que apenas tenía 5 años. «Es un audio de un minuto y algo, y hay partes que a mí me ofenden, tal y como están las circunstancias no me gusta que mande ese tipo de audios», alegaba declarando nuevamente la guerra contra ella.
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