Por todos es conocido el lado sensiblón de Lydia Lozano. Siempre que un tema le toca la fibra no puede contener la emoción. Sus lágrimas se han derramado en multitud de ocasiones. Alguna vez hasta ha tenido que abandonar su silla y salir del plató de Sálvame ante la presión a la que se ve sometida. La última vez que hemos visto llorar a Lydia ha sido de una forma muy diferente. Pues durante el especial Nochevieja de La Última Cena la vimos muy afectada en varias ocasiones y por motivos muy diversos. Parece que el culpable habrían sido las copas y el alcohol ingerido en el convite, pues el amor y la llorera fueron protagonistas en una noche que la periodista seguro quiere olvidar.
4La peor llorera que se recuerda de Lydia Lozano en televisión
> Un tema especialmente sensible para la colaboradora es el del caso de Ylenia Carrisi. La desaparecida hija de Albano, y que Lydia pensó que estaba viva por confiar demasiado en unas fuentes poco fiables. Un tema muy peliagudo del que Lydia no quiere oír ni hablar, pues fue un estrepitoso fracaso en su carrera como periodista. Recientemente sufrió la peor llorera de su vida y quiso irse del plató de Sálvame para no volver nunca, ya que pensaba que su programa le había traicionado al volver a sacar eso que un día tanto le hizo sufrir.
En mayo, tras el confinamiento, Sálvame publicitaba la que sería la mayor de las incógnitas no resueltas hasta la fecha: «Hemos dado miles de exclusivas. Hemos abierto cientos de melones. Hemos explotado un millón de bombas. Pero no todo está contado, no todo ha salido a la luz». Se trataba de un viejo baúl de los secretos que albergaba una de las mayores confesiones que Lydia habría hecho en un polígrafo que duró más de seis horas, pero que finalmente no se habría emitido. Lydia pasaba así uno de los peores días de su vida, pues afirmó que esa grabación en el plató de A tu lado, ahora el de Sálvame, tenía terminantemente prohibida su emisión en televisión. Un recuerdo que quiere borrar para siempre y que sus compañeros no están dispuestos a olvidar, poniendo siempre que pueden a Lozano en el disparador, al límite de la cordura.
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