Una de las cosas de las que más disfruta la reina Letizia desde que subió al trono, es la privacidad de poder hacer lo que quiera sin necesidad de dar explicaciones. Sin embargo, la próxima ley que pretende implantar el Gobierno, y que reformaría la monarquía por completo, podría suponer un antes y un después.
2La importancia de la figura de la princesa Leonor
> Y justo cuando la gente ya empezaba a olvidar todas las polémicas del pasado, en parte obnubilados por la figura de la princesa Leonor, una joven inteligente que ha sabido conquistar al pueblo español con su dulzura y carácter inocente, el rey Juan Carlos protagonizaba el escándalo definitivo que casi hunde para siempre el buen nombre de la corona.
Nadie daba crédito cuando saltaba la noticia, y es que el emérito estaba siendo investigado por Hacienda después de cometer ciertas ilegalidades financieras. A eso le siguió el revuelo causado por su marcha a los Emiratos Árabes sin dar más explicaciones.
Esto, junto con los errores del pasado, habrían llevado a un descontento generalizado que no le dejaría más opción al actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de poner en marcha una Ley de la Corona que supondría una renovación completa de la monarquía tal y como la conocemos.
¿Y qué supone esto? Un adiós a los viajes no oficiales, a las escapadas o a los carísimos trajes. Algo, que no estaría siendo del agrado de la reina Letizia, quien es la que más disfruta de vivir su intimidad sin necesidad de dar explicaciones.
La transparencia de la Corona sería el punto principal y más importante de esta nueva Ley, y es que el rey Felipe estará obligado a detallar cada uno de sus movimientos, empezando por un presupuesto detallado de todos sus gastos y actividades, lo que también afectaría indudablemente a su vida privada. Además, si se reduce el presupuesto, queda claro que la familia real tendrá que mirar con lupa cada céntimo que gasta, empezando por la ropa de marca que usan en los eventos.
Y, otro detalle importante a tener en cuenta sería la obligación que los reyes tendrán de comunicar absolutamente todos sus viajes, además de que el presidente deberá aprobarlos con antelación. Algo, que sumado a lo anterior limitaría muchísimo su libertad.
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