Diego Arrabal se ha convertido a lo largo de los últimos años en uno de los paparazzis más temidos para los celebrities de nuestro país. Sus mentiras despiadadas para conseguir las mejores fotografías son ya historia de la prensa rosa. Sin embargo, detrás de estos embustes, hay verdades muy verdades. Destripamos al periodista más temido y más oculto, a continuación.
3Las pelucas, su complemento estrella
> No es la primera vez que Diego ha reventado una exclusiva que llevaba meses reparada sacando una de sus famosas fotografías. El paparazzi ha hecho cosas impensables para inmortalizar un momento que nunca jamás se volverá a repetir. De hecho, de ahí viene su enemistad con Belén Esteban. La colaboradora ha notado la presencia de Diego siempre que ha ido de viaje pues son varias las fotografías que ha tomado el periodista cunado la tertuliana de Sálvame viajaba por el extranjero en sus famosos cruceros. Pero, ¿cuál es la verdad de todo esto?
No hay más que una, y es que a Diego le importa muy poco tener que disfrazarse para pasar completamente desapercibido y sacar adelante su trabajo. “Salgo en la tele y llevo el pelo rapado, es fácil reconocerme. Si sé que tengo un viaje en dos semanas me dejo crecer la barba porque la postiza es incómoda, se pone con pegamento y normalmente vamos a sitios de calor y se despega, pero cuando no me da tiempo a que crezca tengo que usarla”, explica el periodista.
Lo llamativo de su trabajo es que, aunque se convierta en otra persona, hay veces que no consigue esa fotografía. “En una ocasión me dieron el chivatazo de que alguien muy muy importante y con mucha escolta iba a pasar por cierta calle, así que me hice pasar por un mendigo. Me senté en el suelo, puse tres o cuatro monedas en un bote y escondí una pequeña camarita. Fue una lástima porque finalmente esa persona cambió el itinerario, pero si llega a pasar por ahí le hubiera podido sacar la foto, o intentarlo”, ha confesado en más de una ocasión.