Se llama Adrián Rodríguez, aunque muchos le conocen como David, el novio de Fer en Física o química. Fue uno de los actores revelación de la serie. Además de mostrar unas grandes dotes interpretativas, se posicionó como un gran artista musical. En 2011, año en el que se emitió el último capítulo de la mítica ficción, sus ganas de triunfar en los escenarios eran infinitas. Pero, el público no conseguía olvidar su papel como David, y no aceptaba verle interpretar a otro personaje. Antena 3 no encontró ningún proyecto donde encajara, así que tuvo que mudarse a Telecinco para retomar su carrera como actor. Sin embargo, su discreta repercusión en esta cadena le hizo dar el salto al mundo del entretenimiento. Durante mucho tiempo, tuvo que pagar muy cara esta decisión, pues ningún productor confiaba en él. Hasta ahora, que vuelve Física o química y David no puede faltar. ¿Quieren saber qué pasó con Adrián Rodríguez?
4Deudas, depresión y un negro futuro profesional
> El actor abandonó Supervivientes diecisiete días después de empezar. Para el supuso un bache muy importante en su vida personal, pues era un concurso en el que siempre había querido participar. Después de regresar a España, no lograba entender como no pudo superar el reto. Aquello le supuso un duro golpe moral que no conseguía sanar. “Estoy en tratamiento psicológico, porque no lo sé gestionar solo”, reconoció una tarde en Sálvame. Adrián tuvo que abandonar el concurso por la puerta de atrás, nadie le dejó explicarse y, además, tuvo que pagar una cuantiosa indemnización. No volvió a aparecer por ninguno de los programas de Telecinco, así que se vio en una situación muy complicada para hacer frente a la deuda. “He tocado fondo”, aseguraba.
Después pasar a formar parte de la farándula de Mediaset, ningún productor confiaba en él para darle trabajo como actor. Según contó, su paso por Supervivientes le había perjudicado a la hora de recibir nuevas ofertas profesionales. “Por haber abandonado un reality no saben si soy responsable en una serie”, aseguró. De esta forma, entró en una etapa oscura que quiso dejar reflejada en su piel. Adrián se llenó de tatuajes por todo el cuerpo, incluso en la cara y en las manos. Este arrebato también le estaba perjudicando, pues limitaba mucho los personajes a los que podía interpretar. De hecho, para el famoso reencuentro de Física o química, ha tenido que taparse uno de ellos: las lágrimas de la mejilla. Este tatuaje es un reflejo del infierno en el que ha estado viviendo. Quizá, volver a interpretar a su mítico personaje, David, le recuerde que los finales felices también existen.