Como viene siendo tradición desde que en España se instauró una monarquía parlamentaria, el jefe de Estado se dirige a la Nación cada 24 de diciembre para hacer balance del año ante los más de 40 millones de españoles. Todos los ojos se dirigen durante unos cuantos minutos al rey Felipe VI, sin ser conscientes de que es la Reina Letizia quien se esconde, realmente, tras las palabras del soberano. Sin su aprobación, no hay discurso que valga. ¿Quieres enterarte de todo y conocer qué papel juega realmente la consorte? Sigue leyendo, te lo contamos todo a continuación.
2La reina Letizia y su papel en el discurso del rey
> Antes de llegar a Zarzuela, la actual consorte se labró una brillante como periodista que la llevó a presentar el Informativo de Televisión Española. Se trata de una monarca con muchas tablas ante los medios de comunicación, y sabe como nadie en Casa Real qué actitud debe mostrar ante las cámaras. La apariencia lo es todo en la Corona, así que la reina Letizia ha dado algunos consejos y claves a su marido para que aprenda a manejarse cuando millones de ojos estén puestos encima de él. De hecho, muchos expertos en la materia coinciden en que el lenguaje no verbal del jefe de Estado ha mejorado considerablemente en los últimos años, y algunos atañen esta evolución a la madre de la princesa Leonor y la infanta Sofía.
Además, la reina Letizia también supervisa y corrige el discurso del rey Felipe VI, como haría cualquier esposa a la que su marido pide consejo sobre un asunto en el que ella es experta. A la consorte no se le escapa nada en materia de comunicación y lenguaje, y comparte de buena gana todos sus conocimientos y experiencia con el padre de sus hijas. “Esto mejor ponlo así” o “Esta oración no se entiende muy bien” son algunos de los apuntes que la periodista asturiana señala al jefe de Estado antes de dirigirse a todos los españoles en Nochebuena.
De hecho, se sabe que fue ella quien la animó a dar algunos de sus discursos más recordados, como el que pronuncio enmarcado dentro de la crisis del referéndum ilegal de Cataluña; o el que se emitió pocos días después de decretarse el estado de alarma en España. Ese fue uno de los más complicados para el rey Felipe VI, y según cuentan los periodistas más cercanos a la monarquía, llegó incluso a derramar unas cuantas lágrimas por toda la presión que tenía encima.
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