Isabel Preysler ya conoce al novio de su hija Tamara Falcó, Iñigo Onieva y se ha llevado un tremendo disgusto al saber quién podría estar su hija. Quiere lo mejor para ella, un hombre inteligente, con un buen puesto de trabajo y que se sepa mover por las altas esferas tal y como ella está acostumbrada. El candidato perfecto, no puede ser cualquiera, pues Isabel es muy exigente. Por ello, se dice que Isabel podría haber sacado a relucir su faceta como detective y se ha puesto a investigar un poco más acerca de la vida del diseñador de coches. Si quieres saber el porqué de esta amarga preocupación que tiene en vilo a la filipina, sigue leyendo porque te lo contamos todo a continuación.
2Isabel Preysler no aprueba a su yerno
> Isabel Preysler parece que no ve con muy buenos ojos a Iñigo Onieva, el nuevo novio de su hija Tamara Falcó. Las polémicas surgidas a través del no cumplimiento de las normas establecidas por el estado de alarma por parte de la nueva pareja parece no haber gustado nada a la socialité. Por todo ello, Isabel está dispuesta a investigar todos los detalles sobre la nueva persona con la que comparte su vida la niña de sus ojos.
Sus continuas apariciones públicas besándose por las calles de Madrid, saltándose el toque de queda, acudiendo a fiestas sobrepasando el aforo mínimo permitido o haciendo carantoñas por los restaurantes más selectos de la capital, podrían haber molestado mucho a la Preysler. Medios de comunicación como Informalia o 20 Minutos han asegurado que esta madre es capaz de todo, y que ya se ha puesto manos a la obra en intentar descubrir todos los detalles que rodean al nuevo miembro de la familia Falcó Preysler. Para ello, habría echado mano de sus contactos más allegados para preguntarles. Estos le habrían dado unas informaciones muy reveladoras sobre el carácter juerguista y mimosón del joven. Además, el paparazzi Diego Arrabal habría revelado que tiene mucho éxito con las mujeres, y que le conocerían en todas las discotecas londinenses. Ahora Isabel está más pendiente que nunca de las revistas, pues no quisiera volver a ver una portada como la de hace semanas en exclusiva, cuando se dejaban ver ante las cámaras muy acaramelados.
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