Arón Piper era un chico normal, de pueblo, anónimo, discreto. Un día, sin quererlo ni beberlo se hizo conocido gracias a la serie de Netflix, Élite, que le catapultó a la fama y le salvó de un mundo que solo le deparaba desgracias. Sus éxitos profesionales le han llevado ahora a volver con una nueva miniserie dirigida por Carlos Montero, El desorden que dejas, junto a actrices de la talla de Inma Cuesta. Una adolescencia difícil, querer dejarlo todo y finalmente no hacerlo convierten a Arón Piper, en el actor y ahora también, cantante, más deseado del momento.
3Una adolescencia dura, a los 15 años quiso dejarlo todo
> Piper se abre en canal y nos cuenta cómo fue su infancia, su adolescencia y cómo llegar hasta donde está le supuso más que un quebradero de cabeza. No todo fue un camino de rosas y así lo cuenta en una entrevista para Cosmopolitan: «mi adolescencia ha pasado por varios sitios porque he estado viajando mucho por cuestiones familiares. Ha sido un poco complicada, no por factores externos ni porque haya vivido ningún trauma, sino porque he tenido que repetir varias veces el proceso de adaptación: nueva ciudad, nuevo instituto, malas compañías…, cosas que no puedo contar», revela.
Una crisis de identidad, de no saber quién era y qué venía a hacer en esta vida le sumieron en una profunda depresión, con 17 años, que le hicieron llegar a tal punto que quería dejarlo todo, lo que más quería: la interpretación y su música. Sus padres, tuvieron que intervenir, le dijeron: «Te vas a Madrid, luchas por lo tuyo y, si no, te quedas fuera”, contaba en exclusiva para la revista GQ. “Mis primeros años en Madrid fueron horribles (…) venía de ser un chico duro, un malote… Creía que yo era así. Luego vine a Madrid y, con esa crisis personal, me invadió́ la ansiedad por todos lados (…) lo pasé fatal» afirma recordando una época a la que no quiere volver, pero que pese a todo, le ha dado finalmente muchas alegrías.
Siguiente: Ahora, le ofrecen papeles sin ni siquiera hacer el casting