Belén Esteban despide el año 2020 con buenos y malos recuerdos. Su mayor deseo para estas navidades sería volver a abrazar a su madre, pues lleva muchos meses sin verla. Lejos de quejarse, agradece a la vida, por todo lo que le da. Sin embargo, todavía le quedan espinitas clavadas. La guerra judicial contra Toño Sanchís, su boda por la iglesia que tendrá que esperar y ahora el mazazo que su amigo Raúl Prieto le ha propinado en lo profesional han desestabilizado a la princesa del pueblo. Aun así, no se rinde, y no pierde la ilusión en emprender nuevos proyectos. Si quieres repasar los momentos más duros del año de la colaboradora y descubrir cómo los ha ido resolviendo, quédate con nosotros.