Enrique Ponce y Ana Soria siguen dando que hablar, y es que mientras se rumorea que su relación está ya en las últimas, ellos se esfuerzan por demostrar lo contrario. Y para ello cuentan con la ayuda de su adorable mascota, Ney, gracias a la cuál hemos sido testigos directos de algunos de los rinconcitos secretos de su nidito de amor.
4Cambio de vida
> Antes de su relación, Ana vivía en Granada y estudiaba Derecho, pero su planes se han visto completamente trastocados después de enamorarse de Ponce. También se iba a ir de Erasmus a Polonia, otro plan frustrado que se ha visto obligada a sacrificar por el bien de su relación. Además, recientemente la joven heredaba una casa cerca de dónde viven sus padres. Una casa unifamiliar que consta de dos plantas y un pequeño patio exterior, que también queda muy cerca del mar. Así, parece que a los enamorados no les faltan lugares a los que escaparse y desatar su amor, aunque ellos han preferido un pisito nuevo para estos primeros pasos juntos en su relación.
De momento, y pese a todo, parece que Ponce todavía se resiste en alguna forma a firmar el divorcio con Paloma, algo que no le haría mucha gracia a Ana. Pero, aunque las habladurías indiquen que al torero le gustaría recuperar lo perdido, la que no está por la labor es su ex mujer, quién le habría cerrado todas la puertas. ¿Será que no termina de acostumbrarse a ese ritmo de vida juvenil que lleva Ana? Todo es siempre cuestión de tiempo.