Rafael Amargo ha sido puesto en libertad junto con los otros cuatro detenidos entre los que se encuentra su pareja Luciana Bongiamino. Lejos del espectáculo bochornoso que han protagonizado sus padres con la prensa, presas de la histeria por los cargos imputados, Jesús Rafael García -como se llama en realidad- ha salido de los juzgados de Plaza de Castilla muy tranquilo dispuesto a hablar: «Hombre que sí se me ve animado porque tengo que estar donde tengo que estar en el Teatro La Latina, será mañana el estreno y evidentemente el que sepa leer entre líneas pues ya sabes aquí hay muchísimas cosas porque gracias a Dios no hay nada en mi casa, nada se han encontrado«.
Ha querido atender a todos los medios que se encontraban en las inmediaciones y se le ha notado muy preocupado por su espectáculo Yerma: «Esperemos que la gente sea sensata y vea que estoy en libertad, les esperamos en el Teatro La Latina y muchísimas gracias, poco a poco voy a … no me voy a quedar quieto eh, Pablo Escobar había uno, lo demás…».
En cuanto a qué le ha parecido la acusación que ha tenido, confiesa que: «Lo del grupo criminal me ha parecido que ahora puedo escribir una serie de ficción de la televisión que pronto veréis, estas cosas dañan al artista, pero grandes directivos que tienen cabeza saben que… en fin, que me va a servir para hacer muchas cosas».
Asegura que en su casa no había ningún tipo de droga: «Cuando me vinieron a buscar a casa no había nada, solo mucha alegría y una casa donde se reúnen artistas y gente que quieren… sino que miren en su casa». Lo que sí que ha dejado claro es que: «Soy un tío que le gusta la fiesta porque me gusta divertirme y me gusta celebrar. Me conocen todo el mundo y saben que soy un buen tío».
Muy indignado con lo que ha sucedido, Rafael Amargo no entiende lo que ha sucedido: «Presuntamente te pueden llamar lo que quieras, pero después quítate ese lastre, es de una poca vergüenza y de poca humanidad. Además, con qué finalidad la estrategia dos días antes de un estreno». Asegura además que su estancia en prisión no ha sido para nada agradable y hablará públicamente de ello: «Estar un calabazo tirado en el suelo, lleno de mierda… No me voy a quedar callado, qué me hagan esto dos días antes de mi estreno… han levantado este furor para nada».
El bailaor flamenco asegura que: «Esto le toca a una persona menos fuerte y se lo cargan, yo no he echado ni una lágrima, solamente de coraje» y también ha querido tener palabras para su pareja y sus padres: «Luciana es mi pareja y la pobre está flipando, todo el mundo hablando de todo y yo sin decir que tenía pareja. No entiende nada, es argentina, nos hemos casado hace un año. Mis padres son estupendos y son gente bien, no merecen esta manera de… qué».