Después de presentar el segundo requerimiento notarial para que Isabel Pantoja entregue voluntariamente los objetos de Paquirri a Francisco y Cayetano Rivera, el abogado de los hermanos, Joaquín Moeckel, sorprende afirmando que cree en la «buena fe» y en el «espíritu navideño» de la tonadillera y que espera no tener que iniciar una batalla judicial con la artista que si se niega a devolver los enseres del malogrado torero, se verá las caras en los tribunales con los hijos de Carmen Ordóñez.
«Sigo creyendo absolutamnte en la buena fe de Isabel Pantoja y en el espíritu de Navidad y en que alguien en vez de poner intoxicación ponga buena fe y diga, vamos a ver, señora, ¿de verdad tanto importa entregarle a los verdaderos legítimos de las propiedades sus cosas? ¿Tanto importa de verdad?», afirma el letrado, sorprendido porque la tonadillera todavía no haya hecho entrega de los trajes.
Además, pensativo, Moeckel se pregunta: «¿Tanto daño le han hecho estos niños, hombres hoy, a esta señora? De verdad, ¿tanto daño le han hecho? Que cuando murió su padre eran niños. Entregarle las cosas de un padre a un hijo, ¿eso es tan doloroso para esta persona? Oiga, no estamos hablando de una finca de 5.000 hectáreas ni de un fondo de inversión en Estados Unidos. Estamos hablando de tres trajes de torear, cuatro muletas, dos estoques y una capilla. Por favor, ¿de verdad esto merece la pena la que se está montando? Y no la estoy montando yo. Si usted me lo diera, no se montaría nada así que démelos y se acaba esto».
Eso sí, el abogado de Francisco y Cayetano asegura que prefiere llegar a un acuerdo a tener que demandar por la vía civil a Isabel Pantoja: «Por supuesto que sí. En los juicios son cosas muy delicadas porque son resultados inciertos, costos y tiempo, entonces yo no iría a un juicio nunca siendo abogado como soy. Los juicios son la última de las cosas porque si la gente cumple lo que firma, no harían falta los jueces para esto. Hacen falta para otras cosas, pero para esto no».
Y, nuevamente, manda un claro mensaje a la tonadillera para que no ponga más excusas y entregue a Francisco y a Cayetano los objetos de su padre: «Usted firmó un contrato, un documento en el 87, cúmplalo. ¿O es que su firma no vale? ¿Ahora cual va a ser la excusa? porque el otro día era que si del 27 al 24, ¿ahora cuál? La excusa cuál es ahora».