El vídeo de Leticia Sabater ha hecho que veamos imágenes imposibles e ella con los Reyes Magos y en especial con Papá Noel. En sus 5:30 de vídeo se ve a la artista montándoselo con él y practicando petting… Algo que ha hecho que las redes sociales se llenen de mensajes de lo más variopintos planteándose que es el petting y qué conlleva.
Para muchos la práctica del petting es de lo más conocida y para otros, sobre todo para unas detrminadas generaciones, es algode lo más desconocido… ¿O no lo es tanto? Si sigues leyendo vas a ver que de algo te suena y que puede que lo hayas practicado sin saber ni siquiera como se llama, ni a priori, de lo que se está hablando.
3¿Por qué el petting es una buena terapia de pareja?
> El concepto como petting viene de largo y aunque se hable ahora más, nace en los años 70. Se trata realmente de que las parejas con menor deseo sexual o que hayan perdido por los años de convivencia la chispa, la recuperen. Lo importatne es ir descubriendo el cuerpo del otro, y del de uno mismo viendo cuales son sus zonas erógenas y descubriendo zonas que nunca te hubieras planteado que te podrían dar placer besando, mimando y acariciando las zonas con las manos y/o los labios. De esta manera se consigue generar confianza en uno mismo y en la pareja. También contribuye en otros sentidos ya que: «El cuerpo despierto también activa el deseo por la vida», según la psicoanalista Gabriela Goldstein. «El deseo en todas sus manifestaciones nos hace sentir vivos», continua. Además beneficia a cualquier miedo o represión que subyacen de forma inconsciente en el subconsciente.
El petting contribuye a que el deseo se mantenga activo en parejas que llevan muchos años juntas, ayudando a las parejas a reencontrarse y volver a descubrirse, donde algunas deciden ir a terapia porque ayuda a enriquecer el vínculo afectivo según los terapeutas como Goldstein. Se trata de jugar hasta llegar al punto máximo del placer y deseo sin penetracón de por medio.
En las sociedad actual, lo que sucede es que hay menos piel, y aunque parezca que estamos más hiperconectados hay menor comunicación afectiva y menor piel con el otro.
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