Nadie duda de que la llegada del COVID19 nos ha afectado a todos, lo que incluye a la élite de los poderosos, ricos y famosos. Y mientras unos se han tomado este tiempo para trabajar en si mismos y cambiar su forma de ser a mejor, hay quiénes como Melania Trump, que no tiene problema alguno en seguir presumiendo de su poderío económico, mientras sigue aferrada a su papel de primera dama de los Estados Unidos.
Las elecciones que le han costado la presidencia al más que polémico Donald Trump, han dejado fuera de la Casa Blanca al mandatario y a su mujer. Sin embargo, lejos de estar preparando las maletas, Melania parece haberse rebelado por fin contra el expresidente y sigue empeñada en dar que hablar.
2Cuatro años dando que hablar
> Y es que si cada uno de los movimientos de la ex primera dama de Norteamérica siempre han sido observados con lupa, empezando por sus modelitos, que siempre son la comidilla de todos los medios, ahora que le toca abandonar definitivamente ese papel, todavía más. Y a estas alturas nadie duda de que la despedida de una de las familias presidenciales más polémicas de todos los tiempos, tiene que ser por la puerta grande, tal y como nos tienen acostumbrados.
Con el paso del tiempo parece que Melania se ha cansado de representar el papel de la esposa perfecta y sumisa, y ha optado por plantarle cara a su propio marido. De hecho, últimamente son muchos los rumores que aseguran que el matrimonio de los Trump está en las últimas y que Melania cuenta ya las horas para firmar el divorcio y ser libre por fin. ¿Y quién no ha pensado en alguna ocasión en la figura de la ex modelo eslovena como la de una pobre mujer atrapada en las manos de un tirano? A fin de cuentas, el período de las elecciones solo ha retrasado un poco más lo inevitable. Y es que según Stephanie Wolkoff, su ex asesora: “Melania está contando cada minuto para divorciarse. No podía separarse en período de elecciones, pues él hubiera encontrado la manera de devolvérsela”. Y de cumplirse los pronósticos, no se iría con las manos vacías, sino que además de dinero, se llevaría la custodia de su hijo Barron, de 14 años. Algo sobre lo que también ha opinado la ex asesora: “No hay dudas sobre quién es el cuidador principal del niño. Mi conjetura es que ella obtendría los derechos de custodia y él tendría acceso al chico siempre que estuviera en la ciudad”.
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