Isabel Pantoja es un personaje mítico para la prensa del corazón. Sobre ella han planeado los escándalos perfectos para convertirla en objetivo de los periodistas: trágicas muertes, separaciones tormentosas, relaciones secretas, problemas con la justicia. Todo ello ha ayudado a convertirla en leyenda. Sin embargo, hay un hecho que destaca en su biografía: las traiciones. Todos los que están a su lado terminan vendiéndola por un puñado de euros. Aunque hay dos personas que, de momento, se mantienen fiel a la tonadillera. Juan y Bernardo Patoja son los hermanos más desconocidos de Isabel. Han permanecido a su lado desde el comienzo de su carrera, así que conocen el lado más oscuro de la artista. Muchos programas han querido contar con su testimonio, ¿Por qué se niegan a hablar de ella? Hoy te desvelamos las razones que Isabel no tiene que temer a sus hermanos, por el momento.
3Juan Pantoja podría tener miedo de perder su casa y su trabajo
> Sin duda, el hermano más desconocido de los cuatro es Juan, el tercer hijo del matrimonio. Hasta hace poco tiempo, lo único que conocíamos de él era que también trabajaba con Isabel. Era uno de los guitarristas que estaba con ella en los escenarios. Los críticos aplaudían su talento e incluso fue tentado para trabajar con otros artistas. Sin embargo, él decidió ser fiel a su hermana. El entorno cercano de la familia señala que la relación entre ambos era inmejorable. Pero algo empezó a cambiar después de que el círculo cercano a la tonadillera empezara a traicionarla.
A Juan no le sentó muy bien que la antigua niñera, Dulce Delapiedra, hablase de él en términos peyorativos y que su hermana le defendiese públicamente. La niñera le acusó de algo muy grave. Según ella, Chabelita tuvo un sangrado durante el embarazo y su tío se negó llevarla al hospital. “Ella se lo ha buscado”, dijo Juan según el testimonio de Dulce. Sin embargo, los problemas entre Isabel y su hermano pequeño nunca han llegado a trascender. Muchos periodistas señalan un único motivo: el interés. Juan vive en el piso de doña Ana, que ahora está libre porque ella se ha trasladado a Cantora. Así que, si Isabel quisiera, Juan tendría que abandonar la vivienda o compartirla con su madre.
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