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domingo, 24 noviembre 2024

La oscura y difícil vida sentimental de Maradona

El pasado miércoles 25 de noviembre se dio a conocer la lamentable noticia del fallecimiento del astro de fútbol, Diego Armando Maradona a los 60 años, a causa de un paro cardiorrespiratorio. El argentino se encontraba en su casa de Tigre en la capital argentina, en donde se encontraba en proceso de recuperación tras haberse sometido a una cirugía a principios de noviembre, debido a un hematoma subdural en la cabeza.

‘El Pelusa’ como también se le conocía, es considerado como uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, disfrutando de una exitosa carrera desde muy temprana edad en el Barcelona, ​​el Nápoles y la selección argentina, con la que ganó el Mundial de Fútbol en el año 1986.

Sin embargo, a lo largo de su carrera, Diego batalló gran parte de su vida contra la adicción a las drogas y el alcohol, lo que lo llevó a experimentar numerosos problemas de salud, como hepatitis, hemorragia interna causada por una hernia en el estómago y, más recientemente, un coágulo de sangre en el cerebro.

Su vida sentimental también estuvo en el centro de la polémica a raíz de múltiples infidelidades a su única esposa, Claudia Villafañe con quien tuvo dos hijas: Dalma y Gianinna, así como un número importante de hijos que tuvo fuera del matrimonio.  

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A mediados de los 90, Maradona tuvo affaire con una mesera quien dio a luz a Jana

A mediados de los 90, Maradona seguía colmando su vida de excesos, fiestas y adicciones. Por aquella época, ‘El Pelusa’, conoció a una mesera llamada Valeria Sabalaín, con quien tuvo un affaire de muy bajo perfil.

Sin embargo, con el tiempo se pudo conocer que Valeria tuvo una hija de Maradona, la cual lleva por nombre Jana. Nuevamente, el ex futbolista argentino negaba la paternidad que se le estaba atribuyendo y no fue hasta que Jana cumplió la mayoría de edad y a partir de ese momento, padre e hija cultivaron una relación bastante estrecha.

En una entrevista, Jana Maradona confesaba que a pesar de que no conocía a su padre, tuvo una infancia feliz con su madre, su abuela, su niñera y amigas del colegio. A pesar de que muchas personas le decían que no creían que su padre fuera Diego Maradona porque nunca lo veían con ella, Jana nunca le dio mucha importancia: “bueno si no quieres creer, no me creas, está todo bien, no me interesa”.