Sandra Barneda es una de las presentadoras más habituales de Telecinco. Desde que trabajó con Jordi González copresentando La Noria, su trayectoria profesional dentro de Mediaset no ha parado de crecer. Sandra también triunfa como escritora. Recientemente ha sido galardonada con un premio de 150.250 euros por su novela Un océano para llegar a ti. Está muy bien valorada por la crítica y por los lectores, nadie duda del talento de la periodista. Pero, en su faceta como presentadora, no tiene tanta suerte. A pesar de haberse hecho con una infinidad de programas de la parrilla de Telecinco, el público está cansado de su presencia. Tras conocerse la noticia de que iba a sustituir a Emma García durante su baja en Viva la vida, las redes ardían manifestando su deseo de que fuera Toñi Moreno la que ocupara el puesto. ¿Por qué Sandra no es tan querida por los espectadores?
2El público de Viva la vida no quieren a Sandra
> En 2017, Toñi Moreno tomó el relevo de María Teresa Campos. La veterana periodista perdió Que tiempo tan feliz, y fue Toñi la que ocupó su puesto convirtiéndose en la presentadora de Viva la vida. Sustituir a Campos parecía un reto complicado, pero, lo cierto, es que Toñi no tardó en superarlo. El aire renovado que trajo a las tardes de Telecinco fue aplaudido por la crítica. Toñi se ganó el cariño y respeto de todos los espectadores. Por ello, cuando Vasile decidió que fuera sustituida por Emma García nadie se lo tomó bien. Sin embargo, con el paso del tiempo, reconocieron que había sido un buen cambio. La simpatía de Emma traspasó la pantalla y Toñi triunfó presentando Mujeres Hombres y Viceversa, antiguo programa de su compañera. Justo lo contrario ocurrió cuando Sandra tomó el relevo de Emma durante sus vacaciones de verano de 2019.
El giro profesional que dio Barneda a su trayectoria cuando pasó de presentar secciones informativas a formatos de entretenimiento, no fue bien recibido por los espectadores. Según la crítica, la catalana tiene una forma de expresarse demasiado rígida, lo que le impide interactuar con el público. A pesar de que los directores confían en ella, no encaja con el espíritu de los realitys de Telecinco. Lo mismo ocurrió con Viva la vida. Los espectadores estaban acostumbrados a la elocuencia y cercanía de Toñi. Cualidades que, para ellos, no tenía la presentadora catalana. Por ello no han dudado en expresar su malestar por las redes sociales y suplicar que los directores reconsideraran su decisión.
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