Todos hemos estado enfadados con el ser al que más queremos del mundo y nos hemos dado cuenta de que, por mucha rabia y dolor que sintiéramos en ese momento, nada es eterno, ni si quiera el rencor. Por muy fuerte que pueda parecer todo lo que está pasando entre Isabel Pantoja y Kiko Rivera -que lo es- tenemos que tener muy presente que el dj siempre se ha movido con el corazón, ni las peores peleas que ha tenido con su hermana le han hecho dejar de hablarse con ella… ¿por qué lo va a hacer con su madre?
Bien, con Isabel Pantoja tiene motivos de su sobra porque, además de engañarle de por vida con el reparto de la herencia de su padre Paquirri, el niño de sus ojos se siente estafado emocionalmente porque el ser al que más amaba y el que siempre había sido su mundo, no es quien pensaba que era. Como si de una venda se tratase, Kiko Rivera ahora ve con nitidez todo lo que antes no veía o lo que no quería ver.
El conflicto mediático entre madre e hijo durará solo lo que quiera Kiko, ya que la madre, sorprendentemente todavía no se ha pronunciado al respecto y parece que no lo va a hacer. El está en un momento de dolor y de rabia que le lleva a decir cosas públicamente que nunca antes hubiese hecho y es que enterarse de todo lo que dice que se ha enterado, es muy duro, pero más duro va a ser el enfrentamiento con la cantante como esto siga así.
Lo dicho, Kiko Rivera va a ir a por todas, quiere saber al verdad y quiere solucionar sus problemas económicos -que le ha generado la madre- por las buenas o en el juzgado. No sabemos si será capaz de llevar a Isabel Pantoja ante un juez, pero lo cierto es que la ha llevado a un sitio peor, a la palestra mediática, expuesta a que todos los que la jaleaban en sus conciertos y en este país la critiquen y la juzguen como madre. Esos mismos que perdonaron su ingreso en prisión, son los mismos que ahora se vuelven a ver en la tesitura de valorar lo que Pantoja ha hecho con el que decía que era el ser que más amaba.