La vida de Lola Flores causaba mucho revuelo a nivel mediático, ya que la gran faraona era una de las mujeres que allá donde fuera se convertía en protagonista por su arte. La madre de Lolita, Rosario y Antonio Flores, llamaba la atención por su manera de actuar, bailar y cantar, pero también por la familia tan exitosa que tuvo, entre los que destacamos al gran desconocido, su marido: El Pescaílla. Y es que este hombre, aprobó estar en un segundo plano por dejar la luz de todos los focos a su mujer, la matriarca del clan.
Fue guitarrista y cantaor, se llamaba Antonio González, pero fue más conocido en el mundo del arte por el apodo de ‘El Pescaílla‘ y fue el marido de Lola Flores, y padre de sus tres hijos. El 12 de noviembre de 1999 fallecía tras una larga enfermedad hepática. Lo hacía en su famoso domicilio de Madrid, El Lerele, residencia familiar donde vivieron los cinco entre cantes y bailes.
Moría a los 73 años, dejado atrás una historia como artista que muchos hubiesen querido tener, pero sobre todo a una familia que derrochaba arte por todos los lados. En 1957 se casó con Lola Flores, con la que vivió enamorado y, como ya hemos dicho, en un segundo plano, ya que la fama iba de la mano con la faraona.
Si hay un año que fue difícil para el guitarrista fue el 1995, cuando en el mes de mayo tuvo que enterrar a su mujer y quince días después a su hijo, Antonio Flores. Desde entonces, El Pescaílla empezó a decaer, ya que nunca pudo superar estas dos muertes en su vida y ese mismo año se hizo público su enfermedad hepática.
Hoy, se cumplen 21 años de la muerte de un hombre que se dejó la piel para sacar adelante a su familia, junto con su mujer. Y es que Lola Flores y El Pescaílla formaban una matrimonio clásico que derrochaba arte, mucho arte, allá donde fueran. Hoy, más que nunca, nos acordamos de este artista que allá donde esté, nos seguirá alegrando con su rumba.