Que Sálvame no tiene escrúpulos es algo sabido, aceptado y que, además, le supone afianzar una audiencia fiel. El acoso y derribo, de hecho, se centra tanto más en los personajes públicos sobre los temas de actualidad, como en los colaboradores mismos, que en múltiples ocasiones se han convertido en los protagonistas del escarnio y el ataque. Desde las ridículas actuaciones en «directo» de alguna de sus colaboradoras estrella, hasta las últimas ediciones, parece que Sálvame ha llegado al cúlmen de la indecencia y el decoro. Y, lo peor de todo, es que son los colaboradores los que aceptan exponerse al ridículo por ganar dinero. Pocos dicen basta.
4QUIERO MI DINERO, LA MAYOR ABERRACIÓN DE SÁLVAME
Sálvame no ha encontrado mejor forma para hacer la competencia a un concurso de cultura general como Pasapalabra que poner en la siguiente tesitura a sus colaboradores: ¿Qué estás dispuesto a soportar por dinero? Esa es la premisa de partida de la nueva sección del programa ya casi al final del mismo, en el momento exacto en el que comienzan los picos de audiencia de la competencia. Cada día habrá un famoso que tendrá que hacer una serie de retos, cada cual más humillante, para conseguir dinero extra. De momento, van dos ediciones y ya tenemos algunos de los momentos más bochornosos y ejemplos de ridículos espantosos.