Este mal tan común conocido como la retención de líquidos se da cuando existe una acumulación excesiva de los líquidos en el tejido de nuestro cuerpo y a menudo trae consigo un aumento de peso que no se explica de otra forma. Es característico porque presenta hinchazón y porque parece bastante difícil de combatir, especialmente durante el invierno cuando se lleva una vida más sedentaria. Hoy te explicamos cómo vencer a este problema durante la próxima estación.
6Sal y lácteos
Volvemos una vez más a la dieta, ya que resulta tan importante para salir airosa de esta batalla. Los lácteos como la leche, el yogurt y los quesos pueden ser consumidos mientras se evita la retención de líquidos, pero solo cuando estos no contengan sal. Por otro lado, el consumo de quesos curados y semicurados debe reducirse en la medida de lo posible ya que tienen un alto contenido en sodio.
¿Y qué problema hay con la sal? Pues tal y como podemos notar al gusto, la sal atrae y absorbe el agua mucho más que otro tipo de condimentos. Aunque está deliciosa e intensifica el sabor de las comidas, lo cierto es que puede echar por tierra todo ese esfuerzo que hemos realizado a la hora de beber 2 litros de agua al día quedándose con parte de ella.