Isabel Coixet se ha convertido en una de las protagonistas de la Seminci, puesto que además de recibir la Espiga de Honor en la Semana Internacional de Cine de Valladolid, ha inauguado el certamen, al que regresa un año más para presentar ‘Nieva en Benidorm’, un filme sobre soñadores en la edad adulta protagonizado por Thimoty Spall y Sartita Choudhury.
La directora, que ya considera un «éxito» tanto la celebración de la 65 edición del festival como el estreno de su propia película – el próximo 13 de noviembre – en el actual contexto, ha animado a espectadores y «militantes» del cine a acudir a las salas, ya que son, según ha defendido, «uno de los lugares más seguros». Y es que, aun con los aforos reducidos al 30 por ciento de su capacidad, los cines siguen siendo el sitio para «relajarse y sentirse vulnerable» frente a la gran pantalla.
«Ya sé que podemos ver películas en casa pero yo lo comparo con el ‘delivery’: siempre pienso que la comida estaba más rica en el restaurante», ha reconocido la directora. Ante la incertidumbre que depara la crisis sanitaria para la industria, a la directora solo le queda «desear que la gente conecte con la película y que le den un lugar en sus vidas porque los cines son uno de los lugares más seguros».
Consciente de que históricamente la cultura «no está entre las preocupaciones de los gobiernos» y de que esta ha sido siempre denostada como «el pariente pobre», ha evitado hacer valoraciones sobre el futuro de la industria al considerarse «poco gurú», pero sí ha recordado que al cine «lo han querido matar muchas veces y ahí sigue.
El último reto para su supervivencia fueron los meses de confinamiento, que Coixet logró esquivar durante el rodaje de ‘Nieva en Benidorm’, aunque ahora deberá afrontar la influencia del coronavirus a nivel comercial. «Ojalá pudiera decir que todo va a ser fenomenal«, ha aseverado, al tiempo que ha agradecido tanto a Seminci como a la productora El Deseo, «por hacer algo en apariencia tan poco heroico como estrenar una película en este momento». Una época en la que también cobra especial importancia «la salud mental», que la directora ha equiparado a la sanitaria: «Más allá de la manta y el televisor uno necesita saber que la vida existe y que puede contar una historia sin interrupciones».
«Que la gente se levante del sofá y vaya al cine, que ya les vale«, ha animado Coixet, quien considera que «si nadie estrena películas es cuando la gente acabará por no ir al cine». En ese contexto, ha señalado que una de las metas de su nueva película es tratar de «iluminar» y «sorprender», razón por la que asegura no haberse sentido inspirada por la situación que se vive desde marzo, que ha dado lugar a varios movimientos culturales y proyectos audiovisuales. «Todo lo que se ha hecho me parece interesante pero no he conseguido terminar de ver nada; han envejecido mal. Yo quiero que me hagan soñar y expandir mi visión cuando lo que ha ocurrido es que me han metido con calzador un momento que a nadie le ha gustado», ha reconocido.