En estos momentos, Nacho Palau y Miguel Bosé están en el interior de los Juzgados de Pozuelo, protagonizando el que promete convertirse en uno de los juicios más mediáticos del año, y que dictará un precedente en los casos de filiación de los hijos entre parejas del mismo sexo que no hayan sido reconocidas legalmente por ambos en el momento de su nacimiento.
Y es que, después de una larga lucha por parte del escultor, hoy por fin será un juez el que dilucide la doble filiación de los cuatro hijos que el cantante y él tuvieron durante su larga relación, Diego, Tadeo, Ivo y Telmo. Palau busca judicialmente – tras la negativa de Bosé a alcanzar un acuerdo privado por el buen de sus pequeños – que los cuatro niños sean declarados legalmente hermanos e hijos de ambos.
El valenciano defiende que sus hijos Ivo y Telmo son hermanos de los dos hijos de Bosé, Diego y Tadeo, aunque no compartan los mismos genes ni los mismos apellidos y por lo tanto tienen los mismos derechos y se merecen crecer juntos como hermanos.
Confiando en la justicia y mucho más tranquilo de lo que cabía esperar ante su reencuentro con Miguel Bosé, Nacho Palau ha llegado a los juicios de Pozuelo acompañado por su abogado, José Gabriel Ortolá, sin hacer declaraciones pero saludando sereno a los medios de comunicación y ocultando una ligera sonrisa bajo la mascarilla obligatoria a causa del Covid. Con atuendo informal y el pelo bastante más largo que en sus últimas apariciones, el escultor se muestra confiado en que la justicia le de la razón y, a partir de ahora, tanto él como el cantante sean, legalmente, padres de los cuatro niños.