Para que una receta quede de lo más apetecible lo ideal es encontrar el equilibrio perfecto entre los sabores y las cantidades. Uno de los problemas más comunes es cuando la comida queda salada, y en la mayoría de las ocasiones se considera que esto no tiene remedio, que el daño ya está hecho y habrá que ingerir un plato un poco menos apetecible. Pero, ¡esto no es así! Existen algunos trucos para arreglar este pequeño desastre y hoy los vamos a compartir contigo.
6Incluir una patata cruda
Las patatas son ingredientes muy versátiles así que combinan bien con prácticamente todos los platos. Tienen unas características muy particulares en su estructura y la más relevante para el caso de la comida salada es que están compuestas por una buena parte de almidón.
El almidón que contienen las patatas de una forma natural es excelente para absorber la sal de cualquier elaboración que estés haciendo. Además, si crees que combina bien, la puedes dejar cocer y una vez equilibrado el sabor incluirla como ingrediente. Habrá adquirido los sabores de la mezcla y estará muy rica.