Para que una receta quede de lo más apetecible lo ideal es encontrar el equilibrio perfecto entre los sabores y las cantidades. Uno de los problemas más comunes es cuando la comida queda salada, y en la mayoría de las ocasiones se considera que esto no tiene remedio, que el daño ya está hecho y habrá que ingerir un plato un poco menos apetecible. Pero, ¡esto no es así! Existen algunos trucos para arreglar este pequeño desastre y hoy los vamos a compartir contigo.
5Añadir un alimento dulce o ácido
Cuando se mezclan varios tipos de alimentos en una misma receta puede dar lugar a un resultado demasiado salado, ya que algunos ingredientes aportan su dosis de sal extra a la receta con la que a veces no contamos. Una buena solución es añadir alimentos dulces o ácidos a la mezcla.
Los ingredientes ácidos son fantásticos porque funcionan con casi cualquier tipo de receta y añaden un sabor delicioso, como puede ser el añadir un chorrito de limón o un poco de salsa de tomate. En el caso de los dulces funcionará igual que cuando se añade el azúcar, pero si queda bien en el plato puedes incluir miel o algo de leche condensada que además proporcionarán textura al resultado final.