Para que una receta quede de lo más apetecible lo ideal es encontrar el equilibrio perfecto entre los sabores y las cantidades. Uno de los problemas más comunes es cuando la comida queda salada, y en la mayoría de las ocasiones se considera que esto no tiene remedio, que el daño ya está hecho y habrá que ingerir un plato un poco menos apetecible. Pero, ¡esto no es así! Existen algunos trucos para arreglar este pequeño desastre y hoy los vamos a compartir contigo.
4Enjuagar los alimentos
Puede que el exceso de sal se de en preparaciones como las verduras o las patatas cocidas o hervidas. En estos casos tendemos a añadir la sal en el agua que va a cocinar los alimentos y llevarnos la sorpresa cuando ya están cocidos y los vamos a servir.
Un buen truco es sacarlos cuidadosamente de la olla y, una vez descubierto el exceso de sal, enjuagarlos un poco en agua sin sal. Esto eliminará el exceso de los alimentos y normalmente ofrecerá una textura mucho mejor al resultado, así que no temas al utilizar este tipo de técnica.