Después del verano empezamos a notar que perdemos más pelo de lo normal. Parece un tópico, pero es volver de las vacaciones y nuestro peine, de repente, se queda lleno de pelos e incluso podemos agarrar más cantidad con las manos. Es un proceso habitual que no debe preocuparnos, puesto que forma parte del proceso de renovación y regeneración natural del pelo. El calor típico del verano, el sudor y la sal estimulan el crecimiento, así que cuando se acerca el otoño nuestra melena está en la fase de caída. Sin embargo, debemos saber cuándo deja de ser algo normal y necesitamos ir a un especialista.
Como explica Carlos Valiente, de Salones Carlos Valiente en Alzira, Valencia, «cada día perdemos entre 80 y 100 pelos, fruto del proceso de crecimiento del cabello, que también cumple con un ciclo de vida. Así que la caída estacional no debería preocuparnos y menos si hemos comprobado que están naciendo nuevos pelos, lo que demostraría que el ciclo de vida continúa».
Sin embargo, como en todo, no siempre lo tenemos tan claro, porque a la caída estacional se le pueden añadir otros factores internos que enfaticen la caída y que al coincidir con el otoño, queden enmascarados. El estrés, tan típico de la vuelta de vacaciones, algunos medicamentos, el postparto o la anemia pueden también provocar la caída del cabello. «Sin duda, antes de nada, es importante que un profesional revise la melena, haga un diagnóstico y compruebe que la caída no es excesiva o que haya zonas donde el cuero cabelludo se vea demasiado a modo de clapa o calvas. Lo importante para poner remedio es saber qué nos pasa y así tomar las medidas más certeras para corregirlo.», como afirma María José Llata, de Peluquería Llata Carrera.
Además, es importante no confundir la caída con la pérdida, ya que los síntomas pueden ser parecidos, pero las consecuencias, no, tal y como nos aclara Gonzalo Zarauza, peluquero de San Sebastián: «La caída y la pérdida de cabello pueden despistarnos, pero se deben a causas muy diferentes. Mientras que la caída es un proceso normal en el que el pelo se regenera y vuelve a crecer, la pérdida provoca una reducción del manto capilar porque no se regenera, es decir, no vuelve a nacer, es la famosa calvicie. Por eso, es muy importante acudir a un especialista para determinar un tratamiento adecuado y frenarlo a tiempo.»
Aunque si nos encontramos ante una simple caída estacional no debemos alarmarnos y simplemente podemos mejorar la situación recurriendo a productos y hábitos que reforzarán al pelo en la fase de regeneración. «La cosmética capilar nos ofrece champús, acondicionadores, mascarillas, aceites o incluso nutricosmética, cuya principal función es mejorar el cabello desde dentro. Aunque a veces solamente protegiendo nuestra melena de algunos agentes externos muy irritantes como los secadores, las planchas o algunos componentes químicos como el amoníaco es suficiente.», nos explica Rafael Bueno, de Málaga.
También es fundamental llevar una dieta equilibrada para evitar un déficit sobre todo de hierro y zinc, dos de los minerales fundamentales para su crecimiento, y aparcar falsos mitos como que el lavado diario del pelo lo debilita, como asegura Raquel Saiz, de Salón Blue en Torrelavega: «Una de la falsas creencias más frecuentes en torno al pelo es el tema del lavado. Un pelo sano es un pelo limpio que lavamos con un champú adecuado a sus necesidades y características. De este modo, eliminaremos del cuero cabelludo secreciones y descamaciones y restos de productos de acabado».