Cuando llevamos muchas horas con la mascarilla higiénica esta tiene un gran impacto en la piel del rostro, lo que puede derivar en la aparición de acné o rojeces en el cutis. Esto se debe a que los poros no están respirando como de costumbre y que, en muchas ocasiones, sudamos más de lo normal al tener un elemento externo que da calor al rostro. Esto puede tener solución si cuidas correctamente tu piel para minimizar los daños y hoy te mostramos cómo hacerlo.
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La propia mascarilla higiénica en sí también es un factor determinante a la hora de cuidar la piel del rostro y protegerla. Esto no quiere decir que debas dejar de usarla, en absoluto, pero sí debes escoger la más adecuada y aquella que te permita transpirar con mayor facilidad. Actualmente se fabrican todo tipo de modelos con diferentes formas y materiales, esto también hace que puedas comprar una opción poco favorecedora para tu cutis si no te fijas en este punto.
Por su parte, las mascarillas FP2 y FP3 al ser más rígidas van más ajustadas al rostro, así que acaban dañando más en las zonas de roce que las quirúrgicas o higiénicas. Resulta muy positivo usar aquellas fabricadas con algodón, una textura mucho menos agresiva para la piel. También es crucial respetar el tiempo de vida de la mascarilla que estés usando y que cambies aquellas que no son reutilizables cada 4 horas tal y como está indicado.