Después de que se anunciara hace unos días sobre el supuesto romance del actor Brad Pitt y la modelo alemana, Nicole Poturalski, pues ahora resulta que hay un tercero en discordia, pues la modelo de 27 años está casada desde hace ocho años y al parecer, mantiene una relación abierta con su esposo de 68 años, un prominente restaurador alemán llamando Roland Mary, padre de su hijo Emil.
Brad Pitt, de 56 años, provocó rumores de un posible romance con Nicole Poturalski, a raíz de que fueron vistos juntos la semana pasada en el aeropuerto francés Le Castellet el miércoles.
Los espectadores dijeron que la pareja se estaba comportando como adolescentes enamorados, pues no podían quitarse las manos de encima en el aeropuerto, antes de volar a un aeropuerto más pequeño cerca de donde se alojaban la semana pasada en Château Miraval, la propiedad que Pitt compró por $ 67. millones en 2011 con su ex esposa Angelina.
A continuación, te contamos los detalles de Roland Mary, el marido de la nueva novia de Brad Piit:
2Con respecto a su vida privada, es poco lo que sabe del empresario alemán
Realmente es muy poco lo que se sabe de la vida privada Roland Mary. Se sabe que el empresario alemán y Nicole Poturalski se conocieron cuando la joven adolescente para ese entonces, se mudó a la ciudad de Berlín con el deseo de convertirse en modelo.
Con el tiempo, la pareja formalizó su relación y se convirtieron en padres de un niño de siete años, llamado Emil. Además, Mary tiene otros cuatro hijos de matrimonios anteriores.
Desde que se dio a conocer la noticia del romance entre Brad Pitt y su esposa, Roland Mary ha optado por mantener absoluta discreción al respeto y hasta el momento no ha emitido ninguna declaración a los medios.
Sin embargo, un amigo del empresario conversó con el diario Daily Mail afirmando que: «Roland es un tipo muy filosófico. Ha estado casado varias veces y tiene cinco hijos. No le interesan la negatividad ni los celos. Todavía están casados, pero se podría describir su relación como un matrimonio abierto”, expresó la fuente.
.
