Este lunes, Mediaset estrenó ‘En todas partes tú’; una historia de amor imposible, con sus tiras y aflojas, que hará que te mondes de risa mientras te vas enganchando de sus protagonistas.
Desde que se anunció la fecha de estreno de ‘En todas partes tú’, muchos estaban a la espera del estreno de esta nueva historia de amor turca; y es que si ‘Habitación 309’ ha hecho de este un verano menos atípico, esta nueva comedia romántica se convertirá en la serie del otoño.
5Así era ‘Quítate tú pa’ ponerme yo’
La premisa de dos personas que compran una misma casa no resultará novedosa para los espectadores más veteranos pues, en el verano de 1998, Telecinco estrenó ‘Quítate tú pa’ ponerme yo’, una comedia de situación con un punto de partida similar.
En ella, Carlos Sobera interpretaba a Fran, un transportista muy trabajador que se ha hecho a sí mismo, y que tiene dos hijos, Aníbal (Mario Barroso) y Asdrúbal (José Ignacio Braña). Por otro lado, Victoria Oliver daba vida a Laura, una mujer adinerada que trabaja en un talk show televisivo y a la que su marido ha dejado sin nada. Ella también tiene una hija, Alejandra (Laura Manzanedo), una pija que solo sabe hablar por teléfono con su mejor amiga a todas horas.
Lo que ambos no sabían es que un agente inmobiliario les había vendido la misma casa a ambos, y alucinan al comprobar que tendrán que vivir bajo el mismo techo. La serie la completaba otros personajes como Raúl (Roberto Correcher), el impresentable amigo de Fran, Alberto (Carlos de Gabriel), el secretario gay de Laura, o Clarisa (Ana María Ventura), la madre demente de Laura.
Eso sí, a diferencia de lo que veremos en ‘En todas partes tú’, aquí el amor no surgía entre los protagonistas, que simplemente estaban condenados a entenderse, sin más.
Sin llegar a ser redonda, ‘Quítate tú pa’ ponerme yo’ fue una serie pionera, que se adelantó al modelo de comedia de situación. La trama, dirigida por Félix Sabroso y Dunia Ayaso, se emitió entre agosto y octubre de aquel 1998, y obtuvo en sus 13 capítulos una media un 16,4% y 1.711.000 espectadores, un dato que en la actualidad podría tildarse de bueno pero que entonces resultaba insuficiente.