Al promover el álbum ‘Smile’ – que se estrena este viernes 28 de agosto – Katy Perry, ha hablado extensamente sobre la intensa depresión con la que luchó después del fracaso del álbum ‘Witness’ (2017), que se vio agravada por su ruptura con su entonces novio y ahora prometido Orlando Bloom.
Pese a todas sus buenas intenciones, en ‘Witness’ se sentía cansada; pero en ‘Smile’, Perry suena rejuvenecida. Es un alivio escucharla redoblar en lo que hace mejor: bops (estilo musical del jazz) efervescentes con mucha sutileza emocional. Por lo que ‘Smile’ salta fácilmente del pop puro al baile de club, que persigue la euforia con una pizca de gospel introspectivo.
1El disco relata un viaje en busca de la felicidad
La música de ‘Smile’, traza su viaje para encontrar la felicidad nuevamente, mientras ella y Bloom se preparan para recibir a su primer hijo juntos en cualquier momento.
Perry puede haber estado sufriendo, pero su música se niega a revolcarse. La nueva alegría y satisfacción de Perry se manifiestan en gran parte de los temas de ‘Smile’, que contiene algunas de sus canciones más pegadizas y despreocupadas desde ‘Prism’ de 2013. ‘Cry About It Later’ y ‘Teary Eyes’ son canciones vibrantes y con sabor retro sobre bailar en medio del dolor, con Perry desplegando metáforas vívidas a través de voces susurradas. “Tengo alas de ángel / Pero una sonrisa de diablo / Y solo uno puede ganar”, canta ‘Cry About It Later’.
El tema ‘Champagne Problems’ es una oda encantadoramente sincera a Bloom, que celebra “el trabajo sucio” que pusieron en su relación “así que ahora sabemos que vale la pena”. Y como muchos de los éxitos más memorables de Perry, ‘Tucked’ es un descarado himno sobre fantasías de dormitorio que podrían haber sido un éxito de verano, si se hubiera lanzado como single.