Hay una tradición, en los más de tres años de Donald Trump en el cargo, de asistentes que salen de la Casa Blanca con muchas cosas negativas que decir, ya sea a los reporteros o solos, sobre la disfunción y la inexperiencia engendrada por un líder más venal que venerable.
Sin embargo, ese no es el caso de Madeleine Westerhout; la joven de 29 años, que habría trabajado como asistente ejecutiva de Trump desde que ingresó a la Casa Blanca y que posteriormente fue ascendida al cargo directora de operaciones de la Oficina Oval, hasta el verano pasado cuando fue expulsada por compartir detalles íntimos sobre los Trump en una cena extraoficial con periodistas.
4Una perspectiva diferente de Trump
En la entrevista con People, reveló: “No fue hasta que lo conocí que vi un lado diferente de él y me di cuenta de lo equivocado que había estado al creer ciegamente todo lo que decían los principales medios de comunicación”.
No obstante, su relato choca con algunos otros. La ex concursante ‘El aprendiz’ convertida en asistente de la Casa Blanca, Omarosa Manigault Newman, arremetió contra el presidente de manera contundente en 2018 y su ex asesor de Seguridad Nacional John Bolton y el ex secretario de Defensa James Mattis no fueron menos despiadados en declaraciones más recientes.
Estas opiniones, tomadas en conjunto, dicen que Trump está empequeñecido por el trabajo de la presidencia: mal equipado y de mal genio.
Sin embargo, para Westerhout la realidad es otra. En su libro, escribe sobre cómo Trump había recibido a la familia del SEAL de la Marina asesinado William Ryan Owens y cómo, un día, invitó a un grupo de personas que protestaban frente a la Casa Blanca cuyos familiares habían sido asesinados por inmigrantes que ingresaron ilegalmente al país.