Adara Molinero se ha convertido en los últimos tiempos en noticia, ya no solo por ser carne de reality y haber ganado la séptima edición de Gran Hermano Vip el año pasado, sino que su personalidad, carácter, sus idilios amorosos, han desembocado en diversas apariciones en los programas de Mediaset, que han hecho que conozcamos sus mayores deseos, pero también sus fuertes temores en forma de un particular infierno que, como ella misma asegura, ha vivido.
Y nos referimos a ciertos capítulos que viven muchas mujeres cuando experimentan cambios drásticos en su físico y que, de alguna forma, hace que también se resienta, al final, su salud mental. Desde luego, no podemos hablar de que Adara Molinero sea una mujer quien a pesar de su innegable belleza, sea una mujer sin complejos. Y porque, no necesariamente un complejo viene de un simple «defecto» físico, sino de aquellos defectos (a los ojos de los otros), que se construyen sobre sus propias ideas, y que nos califican hasta tal punto, que pueden dañar la imagen que tenemos de nosotros mismos. Y esto es lo que le ha pasado a Adara.
4Las relaciones pasadas de Adara, le han dejado huella
De esta manera, Adara, después de relatar esas historias que no le han dejado buen recuerdo de su pasado concluía en la entrevista con palabras como: «Estoy tan destrozada y dolida. Me han me va a costar volver a estar con alguien, volver a abrirme«. Afortunadamente, todo pasa, y hoy, y por el momento, está en una relación con Rodri Fuertes, aparentemente feliz y con ilusión.