Miguél Herrán, Río en La Casa de Papel, deja en sus seguidores una lección de que no todo es lo que parece. Siendo un exitoso actor ha reconocido que hoy por fin puede verse al espejo y estar a gusto con lo que ve, «creo que por primera vez en mi vida me he mirado al espejo y me he aceptado», así decía la descripción de una foto que posteó en Instagram.
Este joven de 24 años dejó al descubierto los problemas que tuvo con la autoestima, especialmente aceptar su anatomía. Por la mente de nadie pasaría que un famoso que proyecta una imagen de un hombre con un buen cuerpo y bella sonrisa hubiese estado acomplejado.
En la instantánea que subió a las redes el reconocido intérprete, se observa a un actor de cuerpo envidiable, joven, famoso y sexy, pero esto de nada sirve, lo ideal es el concepto que tenga sobre sí mismo, «el éxito personal está en la aceptación de uno mismo», comentó el nuevo Miguel Herrán.
2Fue una persona distinta a la que vemos en pantalla
Los personajes de La Casa de Papel y Élite que le otorgaron fama a Miguel Herrán, definidos como buenas personas dentro de la trama estaban muy distantes de lo que era el actor en la vida real durante su adolescencia. Mirarlo de esa manera cuesta, después de que Río enamora a sus fans por su carisma, amabilidad y respeto:
«Era un tío que se hundía en un pozo y hundía con él a todo el que quería», comunicó Herrán. Fue el director, Daniel Guzmán, quién lo reclutó para la película «A cambio de nada» y su vida dio un vuelco de 360°; logró en esta primera participación un Goya como mejor Actor Revelación.