Conocíamos la habilidad de Cristina Pedroche por sus posturas imposibles practicando yoga, sabemos que también canta, baila y hace sus pinitos en la cocina, no en vano es accionista del restaurante de su marido, Dabiz Muñoz, pero esta semana ha ido un paso más allá en cuanto a sus destrezas.
Sucedió en Zapeando, el programa en el que Cristina Pedroche colabora diariamente. Mientras en la cadena de Atresmedia emitían un vídeo de una joven haciendo gestos y posturas raros con su lengua, la vallecana les confesaba a sus compañeros que ella también podía hacer cosas con la lengua.
Y, fruto de su naturalidad habitual, Cristina Pedroche no dudó en ponerse a hacer cosas raras con su lengua para deleite de los allí presentes y de los millones de espectadores que ven Zapeando a diario.
Lo cierto es que Cristina Pedroche se ha hecho un hueco en televisión precisamente por este tipo de cosas. La presentadora no duda en mostrarse tal y como es y demuestra que no tiene ningún complejo y que no le importa nada lo que los demás digan de ella. En este sentido sigue la misma línea que sus apariciones en las campanadas de Nochevieja, ataviada con sus polémicos vestidos.
Cristina Pedroche sabe que cuando te expones tanto, siempre habrá personas que estén de acuerdo con lo que haces y a las que les guste tu trabajo, pero también habrá detractores a los que no les parezca bien. Aunque muchas veces ha criticado las críticas destructivas que recibe, son más las veces en las que las ignora o las encaja con deportividad.
Lo cierto es que, son muchos años ya lo que tiene a sus espaldas y parece que hay pocas cosas que le puedan hacer dudar de su profesionalidad. Licenciada en Administración de empresas y turismo, empezó haciendo cameos en series españolas. Su gran oportunidad le llegó sustituyendo a Pilar Rubio en Se lo que hicisteis (La Sexta) y desde entonces no ha dejado de trabajar.
Se casó en el 2015 con el que está segura es el amor de su vida, Dabiz Muñoz, y su relación con el también ha estado en el punto de mira de muchos haters. Sin embargo, cinco años más tarde de dicho enlace, la relación se consolida y Cristina Pedroche le importan las críticas tanto como hacer cosas raras con la lengua en prime time. Es decir, nada.