La tumultuosa vida privada de la cantante y artista Britney Spears se hizo pública en el 2006, cuando la joven que entonces tenía apenas 25 años de edad, confesó públicamente, en una entrevista televisiva, su apoyo por el entonces presidente de los Estados Unidos, George W. Bush. Sin embargo, lo que más la hizo famosa en ese tiempo fue su extravagante relación con el bailarín y ahora animador Kevin Federline, quien es ahora su ex esposo y a quien le atribuyen gran parte de la culpa por su caída de la fama.
Y si bien es cierto que Federline contribuyó en gran parte a su adicción a las drogas que llevó a la artista a tomar decisiones que acapararon la prensa estadounidense — como cuando se rapó el cabello para evitar que la corte descubriera que clase de estupefacientes consumía — no se puede ignorar el hecho de que su propia madre, y la que fue su representante, Lynne Irene Bridges, asfixió su vida a tal punto que incluso la obligó a divorciarse del amor de su vida, Jason Allen Alexander, apenas días después de que la pareja se casara en una ceremonia rápida y privada en Las Vegas.
Por fortuna, el padre de la cantante, James Parnell Spears, la rescató y la sometió a un centro de rehabilitación y desde entonces, aparte de haber dejado los malos hábitos — excepto el cigarrillo — la cantante de Baby One More Time y Oops I Did it Again pareciera llevar una vida más ordenada. No obstante, tal parece que Spears nunca está completamente alejada de la controversia, y en breve te diremos por qué.