A estas alturas de la película todo el mundo sabe que Masterchef 8 ha estado protagonizado por la polémica mucho más que por asuntos gastronómicos. Saray Carrillo ha sido el azote de una edición en la que el talent culinario de TVE ha pasado de ser un pograma blanco y familiar a ser un reality más donde importan más los insultos que el trabajo en equipo. ¿Qué es lo que ha pasado?