La Infanta Cristina intenta vivir su vida con discreción alejada de la presión mediática, especialmente desde la entrada en la cárcel de su esposo Iñaki Urdangarin. Lo cierto es que el proceso judicial que llegó a sentar a la Infanta Cristina en el banquillo de los acusados hizo mucho daño en la Casa Real.
La verdad es que la cosa no está mucho más calmada ahora mismo, con la figura del rey emérito Juan Carlos I en el punto de mira de toda la prensa por la investigación de la fiscalía del Tribunal Supremo. Hablamos de un supuesto fraude fiscal y de blanqueo de capitales en la que el rey emérito podría estar implicado. La relación romántica que el rey mantuvo con la empresaria Corinna zu Sayn-Wittgenstein por el medio, alegando que tuvo acceso a los documentos por su relación solo contribuye a enturbiar aún más las cosas. De paso, se está poniendo en entredicho el derecho a la inmunidad legal del monarca.
2La nueva vida en Ginebra de la familia de la Infanta Cristina
Aún así, la casa era un dúplex de 12 habitaciones en pleno centro histórico, una de las zonas más turísticas de la ciudad. Un edificio de 4 plantas con jardín en la parte de atrás. La casa había sido un hotel tiempo atrás. Cuatro galerías de arte, dos museos y un teatro estaban a solo 5 minutos de su casa, y una pizzería que les encantaba a toda la familia.
Hace tiempo, tras siete años de residencia en la ciudad, la infanta decidió hace un nuevo traslado, alejarse un poco del centro de Ginebra y tratar de pasar sus días más tranquila. Actualmente no se conoce con exactitud cuál es su nueva residencia. Fuentes cercanas a la familia han hecho declaraciones a la revista Vanitatis: “No quiere que se sepa dónde viven, algo lógico, porque no quiere que la prensa o los desconocidos les persigan -nos dicen desde su entorno-. Se mudaron hace un tiempo, cansados de tener siempre a gente en la puerta”.