La Infanta Cristina intenta vivir su vida con discreción alejada de la presión mediática, especialmente desde la entrada en la cárcel de su esposo Iñaki Urdangarin. Lo cierto es que el proceso judicial que llegó a sentar a la Infanta Cristina en el banquillo de los acusados hizo mucho daño en la Casa Real.
La verdad es que la cosa no está mucho más calmada ahora mismo, con la figura del rey emérito Juan Carlos I en el punto de mira de toda la prensa por la investigación de la fiscalía del Tribunal Supremo. Hablamos de un supuesto fraude fiscal y de blanqueo de capitales en la que el rey emérito podría estar implicado. La relación romántica que el rey mantuvo con la empresaria Corinna zu Sayn-Wittgenstein por el medio, alegando que tuvo acceso a los documentos por su relación solo contribuye a enturbiar aún más las cosas. De paso, se está poniendo en entredicho el derecho a la inmunidad legal del monarca.
1La entrada en prisión de Urdangarín muy presente en La Zarzuela
Pero el hecho de que Iñaki Urdangarín cumpla su pena en la prisión de Brieva sigue muy presente en el ambiente de La Zarzuela. En el año 2013, la Infanta Cristina y su familia se mudaron de su residencia de Barcelona, en un intento de burlar la presión mediática. La ciudad en la que eligieron vivir fue Ginebra, en Suiza.
Alejados de la intensidad de la vida social, el intento de dar esquinazo a los paparazzis no fue tan efectivo como pensaban, cuando se descubrió cuál era exactamente el edificio en el que habitaban, el 12 de la Rue des Granges, los periodistas volvieron a hacer guardia a sus puertas. La Infanta Cristina y su familia tuvieron que bajar mucho su nivel de vida y luego asumir que Iñaki pasaría tiempo en prisión por el conocido como “caso Noos”. No fueron tiempos fáciles para unas personas que en el fondo venían de otro mundo.