El pasado lunes asistimos a la final de la octava edición de Masterchef, una de las ediciones más polémicas de la historia del concurso. La ganadora fue Ana, a la que Jordi Cruz definió como una “ganadora ejemplar” que logró mantener siempre una actitud positiva, sin usar malas palabras ni emplear malos gestos.
Y esto, en la que ha sido la edición más larga y polémica de la historia del concurso, tiene mucho mérito. El confinamiento vivido en nuestro país por la pandemia del coronavirus ha alargado esta octava edición hasta los 4 meses de duración. Y el exceso de testosterona era patente entre algunos de los concursantes de esta edición. Joan Roca le llegó a decir a Ana de uno de los platos que presentó para la final que era un plato de tres estrellas michelín y, el halago, viniendo de él tiene el doble de mérito.
Una final totalmente atípica en la que por primera vez se enfrentaron 3 personas en lugar de dos. Ana dejó a las puertas a Andy e Iván que lucharon también con encono.
4Juego sucio en MasterChef
Otra cosa que tampoco habíamos visto hasta esta edición es el juego sucio. El concursante de origen norteamericano Michael fue expulsado tras ser boicoteado por José Mari y Andy en una de las pruebas. Michael era el capitán del equipo integrado por Ana, José Mari y Andy en una prueba en la que debían cocinar para 40 invitados basándose en obras del Museo Thyssen–Bornemisza. De un modo descarado, Andy y Jose Mari se aliaron para ponerle la zancadilla. El cabreo de Jordi Cruz ante la actitud poco ética de los concursantes no sirvió para salvar al capitán.
Las redes sociales ardieron pidiendo una sanción disciplinaria para los dos concursantes que no llegó a darse. También protestaron ante la mecánica de algunas de las pruebas del programa, a todas luces injustas, como cuando Fidel fue expulsado porque tuvo que cocinar por él Teresa, que lo hizo fatal.
Obviamente se trata de un programa que tiene muchas horas de rodaje y del que solo se emite un resumen que es el que nos llega a los espectadores, con lo cual muchas cosas de las que ocurren son censuradas o montadas de un modo artificial.
Lo que está claro es que para la edición 9 MasterChef tendrá que hacerse un lavado de imagen, afinar mucho más en el casting y asegurarse de que los concursantes van a respetar las clausulas para no verse envueltos en nuevas polémicas.