Que el rey emérito, Juan Carlos I está de capa caída es algo que nadie pone en duda. Los escándalos que ponen en jaque a la Casa Real y la historia de su reinado no dejan de sucederse hasta el punto que su hijo se ve obligado a tomar distancia para limpiar el nombre de la institución.
Si había una fiesta importante en nuestro país hasta hace solo unos años para la clase alta de la sociedad era el día de San Juan. El 23 de junio el Rey Juan Carlos celebraba su onomástica por todo lo alto. A Juan Carlos no le gusta celebrar su cumpleaños, pero en la fecha de su santo se desquitaba, hasta el año 2010 en el que todo eso se terminó.
Lo más granado de la sociedad se encontraba entre las más de 3000 personas que Sus Majestades reunían en los jardines del Campo del Moro, justo enfrente del Palacio Real. Artistas, políticos, periodistas, nobles, empresarios y un largo etc. no se perdían las fiestas que mantenían la larga tradición fiestera de los Borbones.
En el año 1992, Juan Carlos se vio obligado a suspender la fiesta por primera vez. Las críticas por los excesos comenzaban a sonar con fuerza, como también lo hacían los problemas del matrimonio real, la excusa que se dio fue la de no recargar la agenda de la Casa Real que tenía que atender los actos de la Expo de Sevilla.
En abril de 1993, la muerte de Don Juan de Borbón, padre del rey,hizo que la celebración por todo lo alto se sustituyese por una recepción en la Zarzuela, hasta que en el 2010 se terminó.
1Las grandes fiestas del Rey Juan Carlos I reunían a lo más selecto de la sociedad
Como figura el rey Juan Carlos durante la transición y la implantación de la democracia representó el elemento de unión de la sociedad española. A su alrededor se movían empresarios y políticos, pero también artistas y la gente de la jet set. En 1976, tras llevar un año como Rey de España, Juan Carlos I aprovechó el día de su santo para celebrar la primera de las recepciones.
Durante 5 años, el sistema seguido era el mismo, se recibía a los invitados en el Palacio Real. Pero a partir de 1981, el espacio elegido pasó a ser los Jardines del Moro, que habían sido abiertos al público general en 1978.
Por supuesto, esto implicó darle un tono más de fiesta a las celebraciones a las que llegaron a acudir más de 4000 invitados. El día de San Juan comenzaba para Juan Carlos con la celebración de una misa en la Zarzuela. Sobre las ocho y media de la tarde comenzaba la recepción de la fiesta. La Familia Real era recibida con la Marcha Real sonando a cargo de la banda de música de la Guardia del Rey y con 21 salvas de ordenanza.
Después venía el besamanos en el que los reyes saludaban a los invitados y comenzaba la verdadera fiesta. En primer lugar un cóctel, sonando música de pasodobles. Se trataba del momento en el que los diferentes invitados podían empezar a conversar entre sí. Los periodistas tenían la oportunidad de hablar de manera informal con políticos y personajes destacados de la sociedad. Unas horas más tarde sonaba el himno de España y la Familia real retornaba a la Zarzuela.