Poco a poco y sin hacer ruido el agua micelar se ha ido instalando en nuestras rutinas de belleza. De hecho, los expertos de la industria lo consideran un ingrediente imprescindible para la piel.
¿Pero cuál es el origen de este nuevo imprescindible de la estética? Pues como muchos otros productos, el agua micelar llega de la mano de la medicina. En concreto de la medicina francesa. Allí, a finales del siglo XX, lo utilizaban para limpiar quemaduras sin que la piel se irritase.
En cuanto los farmacéuticos observaron sus propiedades, el agua micelar se convirtió en el ingrediente indispensable de los cosméticos de farmacia. Hoy, casi todas las empresas beauty lo han incorporado en sus fábricas.
9Conclusiones
Por todas las propiedades aquí mencionadas, el agua micelar se ha convertido en los últimos años en el santo grial del cuidado facial. Los maquilladores, las peluqueras y los usuarios de a pie están enamorados de un producto tan versátil y tan eficiente que lo hacen imprescindible en cualquier neceser.
Sin embargo, hay voces críticas que apuntan a que el agua micelar sería una moda más auspiciada por los laboratorios y las compañías de la industria. Según los especialistas, su principal virtud es que es muy cómodo, pues hace las funciones de tres productos a la vez; el limpiador, el tónico y la crema hidratante.
Pero, si pensamos bien que la mayoría del la composición del agua micelar es agua, debemos pensar que un maquillaje especialmente graso no se va a ir completamente si lo retiramos con agua. Tampoco tendría la misma eficacia como hidratante que una crema creada expresamente con ese propósito. Está comprobado que el rímel con waterproof no se elimina con agua micelar.
Sea como sea, podemos afirmar que el agua micelar es uno de esos productos todoterreno cuyos efectos son tan positivos que parece que ha llegado a nuestros neceseres para quedarse. ¡Larga vida al agua micelar!
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