Seguro que en más de una ocasión tus amigas te han recomendado que uses un sérum para cuidar la piel de tu rostro. Entre la gran variedad de productos cosméticos existentes hoy en día, es fácil que no hayas probado todavía este producto. Merece la pena conocer sus características y sus efectos sobre la epidermis. Así, te resultará fácil entender por qué es un indispensable de la rutina de belleza de muchas mujeres.
El serúm es en realidad un tratamiento cosmético con una concentración de principios activos superior a la media de las cremas del mismo tipo. Además, su textura es muy ligera y esto ayuda a que penetre bien en la piel.
Estas dos características hacen que un sérum tenga el doble de eficacia que una crema. Y, lo que es mejor, usando solamente una pequeña cantidad. Por lo tanto, resulta extremadamente cómodo en las rutinas de belleza diarias. De hecho, en algunos casos llega a sustituir la crema habitual. Especialmente, en el caso de los hidratantes, que son capaces de solucionar las necesidades de las pieles grasas y normales.
2¿Cuándo ponerte un sérum?
Estos productos se usan siempre después de limpiarte la piel, para asegurarte de su máxima absorción. Si no se trata de un sérum específicamente de uso nocturno, lo habitual es aplicarlos por la mañana y a la hora de acostarte.
Es importante tener en cuenta que, después del sérum, puedes seguir empleando cualquier otro tratamiento cosmético sin problema. Eso sí, recuerda aplicártelo con movimientos ascendentes de la mano para garantizar su máxima penetración en la epidermis y, por lo tanto, optimizar su eficacia. Igualmente, es importante que evites su contacto con el contorno de ojos, una zona de piel muy sensible para una concentración de principios activos tan alta.