Gran Hermano ha sido uno de los realities que ha revolucionado la televisión. A lo largo de sus dieciocho ediciones, muchas cosas les han ocurrido a los concursantes. Ha habido de todo, rosas y espinas. Cuando todo indica que no habrá Gh29, hacemos un repaso por los episodios más dolorosos sufridos por quienes fueron habitantes de la casa de Guadalix de la Sierra. Llegaron con una maleta cargada de ilusiones pero la suerte les fue esquiva. Hay quien se atreve a hablar de maldición.
4Gran Hermano y la prostitución
Mónica Ruiz se enroló en la primera edición de Gran Hermano como reserva. La marcha de Silvia hizo que alcanzara su sueño: poder concursar en el reality de Telecinco. Sin embargo, cuando todavía estaba aclimatándose a su nueva vida, dos medios de comunicación publicaron que estaba relacionada con el mundo de la prostitución.
Según Interviú e Información, la mallorquina trabajó durante tres años en un club de alterne situado en Alicante. Esta actividad la compaginaba con la de azafata en una compañía naviera. Dado que lo de María José Galera estaba muy reciente, nadie entendió cómo a la productora de Gran Hermano se le pudo pasar algo así. La protagonista reconoció que mintió durante el casting cuando le preguntaron si en su pasado existían hechos similares a los de María José. Su respuesta fue un no rotundo.
Cuando los responsables de Gran Hermano tuvieron conocimiento de lo sucedido, llamaron a Mónica al confesionario para decirle: “Es preciso que nos saltemos las normas un poco para darte información del exterior”. Posteriormente, le recriminaron que hubiera ocultado esa información. Ella respondió: “Yo sabía que eso existía. Me arriesgué y pensé que iba a ser su palabra contra la mía”.
Al conocer la situación, Mónica se vino abajo y necesitó ayuda psicológica. Ante ella tenía otra complicada papeleta, explicar a su familia esa doble vida que había llevado durante años. En cuanto se recuperó, inició acciones legales contra los medios que publicaron la información y desapareció de la escena pública. Aseguran que volvió a su trabajo de azafata en una compañía naviera.
Años después, cuando lo sucedido estaba olvidado, Mónica Ruiz concedió una entrevista en DEC para hablar del asunto. Fue una decisión que sorprendió a propios y extraños ya que significaba hurgar en una herida que estaba cerrada. El debate se reabrió pero duró poco, muy poco, y la ex gran hermana volvió a su vida anónima en Mallorca.
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