Fue uno de los momentos más comentados del último adiós a la hermana del rey Juan Carlos I. Los reyes Felipe y Letizia se encontraron con las infantas Elena y Cristina en la Basílica de El Escorial por el funeral de la infanta Pilar, pero ni se miraron a la cara. ¿Qué se esconde detrás de este feo gesto que no pasó inadvertido ante nadie? Sigue leyendo, te contamos todos los detalles a continuación.
3Preocupación por la salud de don Juan Carlos
> Como viene siendo habitual en su estilo, Pilar Eyre no escatimó en palabras malsonantes para dirigirse a los diferentes miembros de la familia del rey. La pluma de la periodista cargó especialmente contra doña Elena, a quien describió de la siguiente manera en su columna de Lecturas: “Pelo con rizo asilvestrado, cejas despeinadas y canosas y el cutis terroso de quien vive mucho tiempo al aire libre. Sus labios eran una fina raya, pero intentaba sonreír”. Menudo traje le hizo… Pero la cronista no solo se fijó en el aspecto que la infanta mostró en el funeral de doña Pilar, sino que también echó el ojo al monarca abdicado. Le sorprendió especialmente su pérdida de peso, y señala que el Borbón podría estar en las últimas… “Llamó la atención el rostro desencajado y la delgadez de don Juan Carlos, que bailaba dentro del abrigo. Tal vez sea porque ya no toma cortisona”, explica.
Varios renglones después, Pilar Eyre añade: “Parece que la rehabilitación pública de Cristina es imposible, a pesar de los deseos del padre que, viendo cómo se acerca el final, querría dejar a su hija amparada y a la familia unida”. Si todo sigue como hasta ahora, todo apunta a que don Juan Carlos pasará a mejor vida -ojalá más tarde que pronto- con la pesadumbre que le produce saber que su niña pequeña nunca volverá a ser bien recibida en Zarzuela, al menos de cara a la opinión pública.
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