El error más común usando lentillas: alargar el tiempo de uso

lentillas

Más de 25 millones de españoles sufren algún tipo de afección en su visión, lo que lleva a la gran mayoría a necesitar usar, de forma habitual, lentes de contacto o gafas.

Comodidad, estética o la comodidad cuando se practica deporte son las razones de que cada vez haya más gente que apuesta por comprar lentillas.

Según los últimos estudios publicados, del 81% de usuarios que las necesita por miopía, el 48% forma parte del abanico de edades de entre los 18 y 34 años. En el 64% de los casos, son mujeres.

Sin embargo, aún queda mucho por aprender en lo que a su uso se refiere ya que, según estudios publicados por Centros de Prevención y Control de Enfermedades, se siguen cometiendo grandes errores en el día a día.

Las lentillas, blandas o rígidas, se han convertido en una opción más que cómoda para millones de personas y por ello es necesario educar en su uso de forma correcta, atendiendo a las directrices que las empresas y profesionales para evitar que bacterias o la degeneración de la lente perjudique cornea y, por ende, ojo y visión.

“Un mal uso de las lentillas tiene consecuencias nada agradables para la salud ocular. Queratitis, úlceras, perdida de sensibilidad en la córnea, conjuntivitis crónica o la sensación de ojo seco son solo algunas de las consecuencias de no seguir, a rajatabla, las recomendaciones tanto de los médicos como de los propios fabricantes” explican desde Lentillas Sí, una empresa especializada en este tipo de producto.

¿Cuáles son los principales errores?

En realidad son tres principales

  1. Más del 82,3% llevaba las lentillas más tiempo del marcado por el fabricante y las utilizaban durante más plazo del prescrito por el fabricante intentando alargar su vida útil.
  2. El 55,1% rellenaba directamente con líquido para lentillas el estuche sin vaciarlo y limpiarlo previamente. Tanto el uso de los líquidos creados para la conservación de la lente (evitando el uso de sueros o agua) y la limpieza de los recipientes para que la lentilla se mantenga en las condiciones idóneas de conservación.
  3. El 50,2% llevaban sus lentillas mientras dormían. La pereza no es buena consejera en estos casos. No es raro echar una cabezadita, pero si se sabe que es fácil dormirse, por ejemplo, en desplazamientos en coche de acompañante o incluso en el avión, por poner dos ejemplos, lo recomendable sería evitar el uso en ese momento puntual.

Dicho esto, “lo cierto es que el uso de lentillas es seguro gracias a los materiales y a las pautas de conservación y tiempo que marcan los propios fabricantes” explican desde Lentillas Sí.

De hecho, al estar en contacto directo con el ojo, las lentes de contacto, permiten mejorar la visión, la agudeza visual y la vista periférica mucho más que las gafas, algo que para las personas afectadas por la miopía es vital y de ahí, el alto uso por este tipo de pacientes y alentado incluso por los oftalmólogos.