Con el casting de Operación Triunfo 2020 a punto de comenzar, nos preguntamos si tiene sentido una nueva edición de este concurso de talentos. ¿Hay espacio para tanto artista en el panorama musical español? ¿Qué ha sido de los participantes de las anteriores ediciones? Conocemos a qué se dedican algunos de ellos, pero otros parece que han desaparecido de los escenarios.
Además de David Bisbal, Bustamante, Manuel Carrasco y demás cantantes, fruto de las primeras ediciones del talent musical, vamos a repasar aquí los pasos que han dado los concursantes de las dos últimas ediciones. ¿Tiene sentido hacer Operación Triunfo 2020?
Amaia Romero
> El éxito de Amaia Romero es innegable. No sólo porque fuese la ganadora del talent, sino porque ha sabido hacerse un hueco en el panorama musical español que ella quería.
A Amaia le interesa cantar y componer. Quiere llevar las riendas de su carrera discográfica y no tiene prisa. Siempre se ha reivindicado a sí misma como un alma libre. Por eso, su disco inicial tardó mucho más en salir que el del resto de sus compañeros.
Además de su carrera musical, Amaia Romero se ha convertido en una influencer muy a pesar de su voluntad. Es una firme defensora del empoderamiento femenino y no tiene miedo a decir lo que piensa, por muy contracorriente que vaya.
Aitana
> Pero si hay un espejo en el que deberían mirarse los aspirantes a Operación Triunfo 2020 es en el de Aitana Ocaña. Ella representa el éxito puro y duro. El de las giras multitudinarias y el de gestar una estrella mediática con todos sus componentes.
Aitana canta, baila, es imagen de numerosas marcas publicitarias y además ha escrito un libro. O eso dicen. Su disco ha tenido un gran éxito, como todo lo que hace.
Si, además, sus relaciones sentimentales se comentan en todas las revistas del corazón, podemos decir que Aitana es nuestra celebrity nacional. Veremos cómo evoluciona su carrera.
Alfred García
> A caballo entre Aitana y Amaia está Albert García. Él, que también compone, necesita su espacio artístico. Pero comparte con Aitana que no quiere dejar pasar el carro de Operación Triunfo y toda su caballería mediática.
Representó a España en Eurovisión junto con Amaia, cuando ambos, además, mantenían una relación sentimental. Es probable que hoy no hubiera repetido esa experiencia.
Albert García ha acaparado la atención de la mismísima infanta Leonor, que tiene su disco y tararea sus canciones.
Mimi o Lola Índigo
> El caso de Mimi Doblas, o Lola Índigo, su nombre artístico, es muy curioso. A pesar de ser la primera expulsada de Operación Triunfo 2017, su éxito ha superado con creces a la mayoría de sus compañeros de edición.
Mimi, que ya había participado en otro reality (Fama, a bailar) ha sabido enfocar su carrera en un estilo muy personal y apoyado en el baile como valor añadido.
Sus coreografías y su estilo de trap urbano la han situado en la escena musical como una de las artistas de las que se espera un mayor recorrido. Ella es el ejemplo claro de que los últimos serán los primeros.
Ana Guerra, Luis Cepeda y Miriam Rodríguez
> Estos tres artistas, e incluso Nerea Rodríguez, están teniendo un éxito moderado. Quizás esta sea la evolución más serena y más sensata para cualquier carrera.
Salvo Nerea, centrada más en los musicales y bajo el cobijo de sus amigos, Los Javis, tienen un disco en la calle y lo pasean por toda España de la mano de una gira bastante potente.
En los tres casos son muy activos en redes sociales y se apoyan con frecuencia en colaboraciones con artistas consagrados para seguir en la brecha y llegar a un público mayor. Habrá que ver la evolución de discos futuros.
Miki Núñez
> Nuestro último representante en Eurovisión no ha tenido el mismo éxito que los anteriores participantes de Operación Triunfo. En general, nadie en su edición lo ha tenido. Ni siquiera el ganador, Famous.
De hecho, la edición del 2018 tuvo unos índices de audiencia mucho más bajos que la del 2017. Mucho más. Infinitamente más. No se sabe si es que el formato agota muy pronto o si se debe a que en realidad el casting fue peor que en la anterior edición. Precisamente, el talento musical era considerablemente superior al de Operación Triunfo 2017, pero quizás eso sea lo de menos. Para que el formato sobreviva, el casting debe localizar a chicos con buenas voces, pero con cierto carisma y naturalidad. De no ser así, la edición del 2020 está avocada al fracaso.
Tras su paso por Eurovisión, Miki Núñez se apresuró en fabricar un disco a su medida. Necesita aprovechar el tirón si quiere permanecer un poco más en la industria.
María Villar
> Precisamente, María Villar es el ejemplo de chica con carisma que el programa necesita. Lástima que, en su caso, el talento musical no sea tan evidente.
No es que lo haga mal la chica, pero necesita encontrar su espacio y su posición natural en el difícil mundo de la música.
María Villar tiene morro y contactos suficientes dentro y fuera de la música. Así que tiene que hacerlo fatal para que no sigamos oyendo hablar de ella de una forma u otra. Si es que eso es lo que realmente quiere, claro.
Natalia Lacunza
> Lacunza es el caso opuesto a María. Tiene una voz prodigiosa, pero una personalidad que no genera ni frío ni calor.
Su paso por Operación Triunfo fue impecable. Su entrada en el panorama musical no lo está siendo. Y es una pena, porque si alguien ayuda a Natalia a encontrar su hueco, es probable que tenga mucho que decir.
Pero resulta que pocas veces el éxito está directamente relacionado con el talento. Y especialmente en la industria musical, donde hay tantos factores que suman (y restan).
Sea como sea, el casting de Operación Triunfo 2020 resultará más determinante que nunca para saber si es un formato agotado o si hay hueco para más artistas nuevos.