Todos los medios están hablando de la vuelta al cole de Leonor y Sofía. Un año más, la princesa y la infanta han retomado sus clases en el prestigioso colegio Santa María de los Rosales, que acoge a todos los niños de bien de la élite madrileña. Desde que las hijas de Felipe VI empezaron a estudiar en ese centro en 2013, los padres de los demás alumnos se han puesto en pie de guerra contra Letizia. Al parecer, la soberana abusa de su poder y ha presentado ante la dirección una serie de exigencias que no han gustado nada al resto de familias. ¿Quieres saber más sobre el asunto? Sigue leyendo, no tiene desperdicio.
Tolerancia cero a lo móviles
> En el reglamento de casi todos los centros educativos del país, sean públicos o privados, se prohíbe expresamente que los alumnos hagan uso de sus teléfonos móviles cuando estén en clase. Sin embargo, en cuanto suena la alarma, los estudiantes campan a sus anchas con sus aparatos para poder estar en contacto con sus familias y amigos. No ocurre lo mismo en el colegio Santa María de los Rosales, al menos desde que Letizia tomó el control de las normas del lugar. La consorte, que se lleva muy bien con el equipo directivo, pidió que los escolares tuvieran vetado el uso de sus teléfonos en todo el recinto, algo que no gustó al resto de padres.
El deseo de doña Letizia es evitar que los alumnos tomen fotografías a Leonor y Sofía que puedan filtrarse a la prensa. Ortiz es muy protectora con sus hijas y está dispuesta a lo que sea con tal de garantizar su intimidad. De hecho, desde que la princesa y la infanta estudian en el colegio, solo los padres de los escolares pueden acudir a los festivales y actuaciones, previo aviso a la dirección y portando siempre su DNI. Ni tíos, ni abuelos, ni primos que puedan alterar la tranquilidad de nuestra soberana. Algunos familiares están muy quemados con toda esta situación y entienden que la consorte está abusando de su poder, tomando decisiones que no solo la incumben a ella.
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El abuso de poder de doña Letizia
> El férreo control que ejerce sobre todo lo que sucede alrededor de sus hijas ha llegado hasta el comedor del Santa María de los Rosales. Letizia es una mujer apasionada de la vida sana y las dietas saludables, y pretende que Leonor y Sofía sigan su camino. Así, la reina metió mano en el menú del colegio y eliminó de raíz todos los alimentos azucarados o ricos en grasa. Ahora, la alimentación del centro se basa en frutas, verduras y carnes y pescados a la plancha. Por su puesto, a priori puede parecer un cambio a mejor del que se beneficiarán todos los alumnos. Lo que molesta al resto de padres es que se tomen estas decisiones sin consultares. Al fin y al cabo, sus hijos también comen.
¡Y que manjares comen! Nada que ver con los platos que puedan servirse en el comedor de cualquier colegio público. Con los 14.000 euros que cuesta la matricula, en el Santa María de los Rosales se pueden permitir a un equipo de cocineros de primera que preparan toda clase de delicias para complacer los pequeños, pero exigentes, paladares de los niños de la élite. Además, un equipo médico los acompaña en todo momento para garantizar que se cumplen las normativas en cuanto a higiene o alergias. La seguridad de los alumnos siempre ha sido muy valorada en el centro, pero desde que llegaron la princesa y la infanta, se ha fortificado todavía más.
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¿Cárcel o colegio?
> Como se ha mencionado anteriormente, el colegio Santa María de los Rosales no solo acoge a Leonor y Sofía como alumnas conocidas, sino que otros hijos de famosos también se forman entre sus aulas. Álvaro Fuester, José Bono o Raphael son algunas celebrities que han confiado en este centro para educar a los más pequeños de su familia. Así, parece comprensible que el recinto tenga que estar protegido con numerosas medidas que aseguren el bienestar de los estudiantes, pero para Letizia no fueron suficientes. La consorte sugirió a la dirección que se aumentara la altura de las vallas que cercaban el lugar, levantándose ahora a dos metros sobre el suelo.
Además, varios perros entrenados salvaguardan las inmediaciones del centro para asegurar que no hay ni rastro de explosivos por la zona. En cuanto a la seguridad privada de Leonor y Sofía, un equipo de guardaespaldas las acompaña en todo momento. Si bien intentan ser todo lo discretos que les sea posible, se han comentado episodios en los que han llegado a intervenir solo porque algún alumno se acercó más de la cuenta a sus protegidas, provocando un tremendo susto en el estudiante. Letizia quiere tratar a sus hijas como unas niñas burbuja y las ha instruido para ello.
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Leonor, Sofía y la ley del silencio
> La consorte tiene especial interés en que no trascienda nada de lo que sucede de puertas de Zarzuela para adentro. Así, desde que sus hijas tienen memoria, las ha estado instruyendo para que ni se les ocurra soltar una sola palabra referente a su vida familiar o doméstica. De hecho, según pudo saber Vanitatis, los profesores tienen instrucciones de no preguntar a Leonor y Sofía sobre cómo han ido sus vacaciones o su fin de semana, tal y cómo hacen con el resto de niños. Su vida es todo un misterio para sus compañeros, lo que podría dificultarles entablar amistad con ellos.
Letizia tiene una forma de educar a sus hijas que no tiene nada que ver con la que doña Sofía empleó con Felipe y las infantas. La emérita pretendía que sus vástagos disfrutaran de una infancia lo más normal posible y que hicieran piña con sus compañeros. De hecho, un día el príncipe de Asturias se presentó en casa llorando porque un amigo no lo había invitado a su cumpleaños. Rápidamente, la griega levantó el teléfono para comprobar a qué se debía el desplante. «No sabemos que tratamiento dar a su majestad», dijeron los padres, a lo que doña Sofía respondió: «el mismo que al resto de niños». Nos encontramos ante dos formas muy diferentes de entender la crianza de los más jóvenes de la Corona.