Ha sido la peor vuelta de vacaciones de Carmen Borrego. La hija pequeña de María Teresa Campos y su marido se encontraron la casa desvalijada cuando regresaron a Madrid la semana pasada. Al parecer, los ladrones se han hecho con un botín de unos 50.000 euros y se han llevado algunos documentos privados que tienen en vilo a la colaboradora de Viva la vida. Sin embargo, algunos detalles del robo son bastante extraños y las piezas del puzzle no terminan de encajar. Sigue leyendo para descubrir los entresijos de este insólito suceso.
Un regreso amargo
> «Señora, le han entrado en casa porque tiene la verja destrozada», fueron las palabras que pusieron del revés el estómago de Carmen. Cuando apenas le faltaba una hora para regresar a Madrid, el conserje de la finca en la que vive la llamó por teléfono para darle la terrible noticia, según ha revelado ella misma durante una entrevista con la revista Lecturas. Al parecer, los ladrones no los pillaron dentro de casa por los pelos, ya que el hurto se produjo solo un día antes de que volvieran a la capital tras sus vacaciones en Andalucía. «Si hubieran estado dentro, qué hubiera pasado», se preguntaba una afligida María Teresa Campos, muy preocupada por su hija, su yerno y sus nietos.
Al parecer, sumando el valor de todo lo que se han llevado, los cacos se han hecho con un botín de entre 40.000 y 50.000 euros. No han dejado nada de valor en casa: joyas, ordenadores, móviles y ropa de marca. Por coger, han cogido hasta la báscula del baño en la que Carmen guardaba todos los progresos de su intento en bajar de peso. Se trata de un modus operandi bastante extraño que da mucho que pensar. Desde la forma de entrar de los ladrones hasta los singulares objetos de los que se han apropiado. En Cotilleo.es hemos desmontado todos los entresijos de este peculiar suceso que ha puesto patas arriba la vida de la colaboradora de Borrego. Sigue leyendo para descubrir más detalles.
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Carmen ya tiene sus sospechas
> Incluso la Guardia Civil ha incidido en las peculiares condiciones de este allanamiento. «Es un robo extraño por cómo han entrado y por dónde lo han hecho», explicaba Carmen en Lecturas. Los ladrones cortaron con una radial la verja que separa la casa del jardín comunitario, y ni uno de los vecinos de Borrego escuchó el estrepitoso ruido que suele generar esta herramienta. «Nadie ha oído nada», sentenció la tertuliana. Según las autoridades que están investigando el caso, «no parece que sea una banda organizada, porque la ventana está forzada por muchos sitios». Así, la colaboradora de Viva la vida ha empezado a formular su propia hipótesis y ha sacado algunas conclusiones.
En busca de algún culpable, Carmen ha empezado a descartar sospechosos y asegura que no cree que ningún conocido esté detrás del robo en su vivienda. «Espero que no sea así, porque eso me da más miedo», apuntó la tertuliana. Borrego quiere pensar que el allanamiento de su morada se debe a una casualidad y que los cacos no sabían que era ella la que vivía allí. «Le puede pasar a cualquier persona, es como una lotería el que te entren en casa», sentenció. De momento, la colaboradora de Viva la vida no tiene en mente ningún nombre al que poder acusar, pero tampoco lo está buscando. «Si sospechara de alguien estaría mucho más asustada», aseguró. Sin embargo, en el testimonio de la hermana de Terelu Campos se encuentran algunas contradicciones que dan mucho que pensar.
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Las contradicciones de Carmen
> La tertuliana se llena la boca asegurando que lo que más le duele del robo no es el dinero, sino los objetos con valor sentimental que se han llevado. Durante su reportaje con Lecturas hace especial hincapié en un anillo de oro de su suegro, que falleció hace dos años, y en una joya que le regaló María Teresa. «Tengo sobre mi alma un reloj de Christian Dior que se han llevado que fue un regalo de mi madre, de cuando terminó el tratamiento suyo», apuntaba. Carmen ha considerado necesario señalar la marca de la fabulosa pieza, aunque asegura que lo más importante son los recuerdos ligados a ella. Además, también ha revelado que pudo costar unos 8.000 euros, dejando claro que, a parte de lo emocional, el precio también es significativo para Borrego.
De hecho, Carmen se ha mostrado especialmente molesta por no haber contratado una póliza de seguros que le permitiera recuperar el dinero perdido, tanto en efectivo como en joyas. Este malestar contrasta mucho con la versión de que solo le importa la pérdida de los objetos con valor sentimental, ya que el reloj de su madre se ha perdido para siempre y Borrego nunca lo podrá recuperar. Está claro que la exclusiva con Lecturas vale mucho más si se apela a las emociones y a la relación con María Teresa, pero ella misma se ha retratado al no medir sus palabras. La colaboradora de Viva la vida ha inflado el drama que ha vivido para recuperar, a golpe de reportaje, parte del dinero que ha perdido por el robo. Pero estas no son las únicas incoherencias que hemos encontrado en el relato de la tertuliana.
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Los documentos secretos de Carmen
Durante su entrevista con Lecturas, Carmen también ha hablado sobre unos «archivos privados» que los ladrones se han llevado de su casa. Ha comparado el robo con una «violación» de su privacidad. La expectación ha sido total y todo el mundo esperaba leer de qué documentos se trataba. «Mis fotos, mis wasaps, mis mails…», señalaba la tertuliana. Todos estos datos estaban guardados en un móvil de Borrego que ya no utilizaba y que guardó en un cajón de su vivienda. En contraposición al bombazo inicial, los lectores de la revista se habrán llevado una decepción tremenda al descubrir que, en realidad, la colaboradora de Viva la vida no tiene «nada que ocultar».
Ni «fotos desnuda» ni informes comprometidos, los «archivos privados» a los que hacía referencia se limitan a unas fotografías familiares que carecen de interés, teniendo en cuenta que todo el clan Campos ha vendido ya su vida privada a través de su reality show. Además, Carmen puede borrar telemáticamente los datos del teléfono robado y los ladrones no podrían acceder a ningún archivo, conversación o mail del terminal. Una vez más, la preocupación de Borrego por mantener su «privacidad» ha sido exagerada, en un intento de hacer mucho más llamativo y espectacular un suceso que afecta a cientos de familias en nuestro país.